La mina de asfaltita La Escondida es ya una leyenda para los que aman la historia neuquina. El pueblo que le daba vida, también se llamaba así, pero es más conocido como Auca Mahuida, como el viejo volcán que le daba sombra.
Alguna vez, muchos seres humanos lo poblaron, llenando de vida, esperanza y sufrimiento las duras condiciones de una tierra difícil.
El camino hacia el pueblo pasa por un gran cañadón. Cuando llovía con fuerza se llenaba de agua y dejaba casi aislado al pueblo. La vida en ese lugar no era fácil. Era muy dura.
Durante el año de su máximo esplendor, en 1947, vivían y trabajaban unas 1.500 personas. Hoy apenas quedan más que un puñado de viviendas deshabitadas.
La mina de asfaltita La Escondida le daba sustento al pueblo. El 22 de agosto de 1947, una explosión seguida de incendio dejó a 15 obreros enterrados en sus túneles. La mina cerró definitivamente pocos años después. Por la ausencia de la principal fuente laboral, los habitantes comenzaron su éxodo que lo convirtió en un pueblo fantasma.
El pueblo de Auca Mahuida fue el más grande de su zona, cuando Añelo no era más que un paraje y Rincón de los Sauces no existía.
El viento, el tiempo y algunos animales silvestres son sus únicos habitantes. Como en una película de terror, las casas derrumbadas -algunas sin techos, otras con las paredes caídas-, encierran zumbidos intimidantes de los bichos que hicieron de ellas su hogar.
Las edificaciones se distribuyen en tres grandes grupos. Sobre la avenida están las casas que sirvieron como almacenes de ramos generales, la enfermería, la carnicería y la comisaría con su calabozo, todas incrustadas en la ladera de la barda. Algunas de ellas todavía mantienen sus techos intactos, su revoque y los ladrillones de adobe en perfecto estado. Hay otras que fueron más dañadas por el abandono. En 1999 no quedaba nadie viviendo ahí.
Un grupo de personas nacidas o criadas en Auca Mahuida organizaban encuentros anuales en la mina, los cuales denominaron “Recordando Vivencias”. Llegaron a participar 160 personas. Año tras año quedan menos. Ahora, los hijos y nietos de aquellos pobladores se preocupan de mantener vivas las historias del pueblo.
La gente que vivió en Auca Mahuida siente un afecto especial por ese pueblo abandonado, una pasión. Es allí donde pertenecen sus recuerdos de infancia y el de sus padres, que ahora no sólo están olvidados por la memoria sino por el paso del tiempo y el vandalismo de anónimos que pasan por allí.
En el cementerio, que está a 3 kilómetros del núcleo de viviendas, están las tumbas de quienes murieron allí y de aquellos que, como último deseo, pidieron ser enterrados en el pueblo abandonado.
En la actualidad el camino principal se halla cerrado por una tranquera. Si bien priva de conocer el lugar, a excepción de caminar diez kilómetros (ida y vuelta), en cierta forma ha logrado todos estos años preservar el lugar del saqueo y el vandalismo.
El objetivo de este artículo, es interesar en descubrir el pasado de nuestra provincia y de quienes nos precedieron, cuidando y preservando los lugares que ellos habitaron.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fotos: Rodrigo Tarruella
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Buenos dias , como se accede al lugar?
Buenas tardes, quisiera info de como llegar al lugar, gracias