La llegada del ferrocarril en 1902 a Neuquén no soluciona el problema de la incomunicación del territorio, es decir, se comunica el vértice de Confluencia, pero se mantiene la incomunicación intraterritorial. La situación, incómoda por cierto, hace comentar a Gabriel Carrasco, – jefe de la Segunda Sección del Ministerio del Interior, enviado a inspeccionar el territorio -, que para llegar a Chos Malal lo debe hacer por Río Negro , “…esto es como morirse de sed mirando el agua” .
La capital del territorio se ubica en Chos Malal en 1887, llegar a ella es un trayecto cargado de dificultades; elegida por Olascoaga por razones geográficas, estratégicas, clima, suelo, comunicación, a criterio del gobernador es un área ‘geopolítica clave’.
Cuando asume el gobernador Juan Ignacio Alsina, también realiza gestiones para trasladar la capitalidad del territorio a Las Lajas, localidad con campamento militar que se beneficiaría con el ferrocarril. Dice el gobernador que la capital debía ubicarse en forma más equidistante respecto de las demás poblaciones del territorio. Lisandro Olmos, autoridad del territorio de fines de siglo XIX, también realiza gestiones para el traslado de la sede política administrativa, sin éxito alguno.
Ahora bien, el poder central podía continuar la línea férrea al noroeste o cambiar la sede de la capitalidad. Las gestiones realizadas para concretar el objetivo son varias, podemos citar – entre otras – las presentaciones realizadas por la empresa de los Sres Bustamante, Belaustegui y Cía; la concesión otorgada a los Sres Mc Phail y Cía que los mismos concesionarios retiran del congreso en vista de las negociaciones entre el poder ejecutivo y la empresa del Ferrocarril del Sud. El actual emplazamiento muestra la definición y los intereses del capital británico en acuerdo con los sectores dirigentes argentinos ( a la sazón, Dr José Uriburu y Benjamín Zorrilla ) en otorgarle a la Empresa Ferrocarril del Sud la concesión de la prolongación de la línea Bahía Blanca- Neuquén.
La llegada del ferrocarril valoriza las tierras de la “Confluencia”, vendidas a particulares en remate público por el Estado nacional en 1885. La mayoría de sus compradores no efectivizan su ocupación alegando ante la ley, la tenencia de las tierras con arrendatarios o intrusos. El arribo del ferrocarril atrae la atención de empresarios del área pampeana, tal es el caso de Casimiro Gómez, quien decide invertir en la compra de inmuebles en esta área. De este manera están dadas las condiciones para realizar el traslado de la sede las autoridades desde Chos Malal a la Confluencia, tarea que inicia – apenas asume – el gobernador Carlos Bouquet Roldán.
La “Confluencia” es un conjunto de pueblos en el vértice de los ríos Neuquén y Limay. En la margen izquierda del río Neuquén, está el “pueblo” Limay (denominada estación Limay cuando llega el ferrocarril, hoy Cipolletti) y en la margen derecha del río, desde la llegada de la línea férrea, se llama Neuquén. Estos asentamientos se constituyen en centros del comercio entre los territorios de Río Negro y Neuquén, recibiendo carretas, arreos de mulas, caravanas de tropas que llevan o traen ‘frutos de la zona’ (cueros, lanas, pieles, etc). Se observa un establecimiento de ramos generales y hospedaje: Buena Vista, que en 1897 instala Celestino Dell’Anna. Trabaja con toda su familia atendiendo al servicio de balsas sobre el río Neuquén. Cerca de la estación, habilitada en 1902, se ve un ‘rancherío’ diseminado y una casa más grande que otras, es la posada de Mangiarotti, próxima al galpón de consignaciones del Sr Bueno. También está la Comisaría (1891) custodiada por Plot y Lorea junto a un número muy pequeño de gendarmes. Además, el juzgado de paz (1889) a cargo de Pascual Claro, la casa de comercio ‘La maragata de Neuquén’ de Agustín Fernández y Enrique Carro, dedicada a ramos generales (almacén, sastrería, talabartería, artículos de hierro, papel, libros, droguería, muebles, etc.) y hasta se puede ver una fonda para la gente de paso, convirtiéndose en paradero para pasajeros y animales. Frente a la estación, abre en 1902, el hotel y bar ‘La Nacional’, de Varela, Linares y Cía, (luego confitería Ideal), atendida por Pedro Linares, que luego es el primer presidente del municipio neuquino. Esta zona denominada “Confluencia” tiene asimismo, oficina de Correos y Telégrafo (1901), Palomar Militar ( 1903) y una escuela (1904). Se calcula que la cantidad de habitantes, hacia 1903, es de un poco más de 400 personas, entre las cuales hay una mayoría de extranjeros (chilenos, españoles, italianos, alemanes) y muchos argentinos provenientes de otras provincias, como de Mendoza y Buenos Aires.
El nuevo gobernador, Carlos Bouquet Roldán, nacido en Córdoba de una familia tradicional, hace sus estudios allí y se convierte en diputado en representación de su provincia, en el congreso nacional. Vinculado a los sectores dirigentes y a la clase dominante a nivel nacional ( se radica un tiempo en Tucumán) y entre otras tareas es presidente del Directorio del Banco de la Provincia de Tucumán, así conoce a Eduardo Elordi, posteriormente gobernador de Neuquén.
Vinculado al grupo que gobierna el país, cuñado de Figueroa Alcorta, Carlos Bouquet Roldán, llega a la zona de la “Confluencia” con motivo de la inauguración del ferrocarril a Neuquén y durante su gestión (1903-1906), se concreta el traslado de la capitalidad del territorio desde Chos Malal a Neuquén. Apenas es designado gobernador hace viajes y reuniones con distintas personas, tanto de la política como del mundo empresario, para efectivizar la medida. Medida que consulta a Ministerio del Interior, en esos momentos a cargo de Joaquín V. González en que resuelve ver la zona. De su viaje, se pueden rescatar entre otros conceptos, que:
“Desde hace un tiempo el problema de la capital del territorio de Neuquén me preocupa y no he dejado de estudiar sus diversas fases. Mi último viaje hasta la Confluencia tenía como objeto principal, en esa parte, darme cuenta de las ventajas que esa región ofrece para el asiento de una futura ciudad”.
Luego de detenerse en describir la tierra y sus recursos, población, ríos, etc, agrega que la zona elegida es
“…un terreno fértil de facilísimo riego y la proximidad de la próspera colonia Roca, que será pronto regada por un canal de 20 leguas y otras circunstancias favorables, me ha traído al convencimiento de que la capital de Neuquén debe levantarse en el amplio valle que comienza al pasar el río, aunque esta posición no sea matemáticamente central con respecto al territorio, sí lo es en cambio económica y políticamente”.
Analizando los actos oficiales a la luz de los documentos intercambiados entre Bouquet Roldán y Joaquín V. González, se puede observar que desde el 29 de marzo de 1904, fecha del primer viaje del ministro, la actividad del gobernador es intensa con el objetivo de concretar el traslado. Viaja a Bs.As.,- quedando a cargo de la gobernación Eduardo Talero – para realizar gestiones con los propietarios de las tierras donde se emplazaría el pueblo. Allí, logra la ‘donación’ a favor del Estado de los terrenos necesarios para calles, plazas y bulevares conforme al plano provisorio confeccionado por la oficina de Geodesia Nacional; más el 20% de los lotes de la zona de chacras y quintas de la nueva capital territorial, por parte de los entonces propietarios: Francisco Villa Abrille, Casimiro Gómez y Ramón López Lecube.
El gobierno nacional acepta la ‘donación’ de las tierras el 27 de agosto de 1904, el congreso nacional (30 septiembre de 1904), sanciona con fuerza de ley el proyecto que lleva el número 4523, por medio del cual autoriza al poder ejecutivo aceptar la donación. En este marco, el gobernador neuquino es facultado por la Nación para otorgar a los primeros pobladores lotes urbanos y rurales con boletos provisorios. Poco tiempo después, en noviembre de 1904, se emite el decreto que aprueba la diligencia de mensura de la planta urbana según las orientaciones dadas por Roldán al agrimensor Carlos Sourigues.
Los propietarios ‘donan’ al gobierno una fracción unida al lote 3 y 4, sección I (parte actual del dpto Confluencia). El nuevo trazado del pueblo abarca 190 has, aunque el total mensurado es de 2.375 has. Mientras el gobernador Bouquet Roldán, permanecía aún en Bs.As., con los detalles jurídicos relativos al traslado de la capitalidad a la punta de rieles del Ferrocarril del Sud, se inicia el cambio de las oficinas gubernativas. El 2 de agosto el secretario Talero, interinamente a cargo de la gobernación, emprende el viaje desde Chos Malal acompañado por el médico Julio Pelagatti, el contador Carlos Casamayor, el secretario Emilio Rodríguez Iturbide, empleados, policías, etc. La comitiva, a cargo del subcomisario de policía Horacio Sautú, hace el cambio de asiento del Juzgado Letrado, de la cárcel, de las oficinas y archivo de la gobernación, en una marcha que dura de quince días y termina el 17 de agosto.
La capital definitiva del territorio de Neuquén se inaugura oficialmente el 12 de septiembre de 1904, con la asistencia del Ministro del Interior y una nutrida comitiva oficial. En ese acto el doctor Joaquín V. González, en la última parte de su discurso expresa
“al designar a este pueblo como capital titular del territorio, el gobierno ha ejercido poderes legales propios y sólo ha tenido en vista los más generales intereses de toda la región en sus relaciones con el resto del país y con la expansión progresiva de sus núcleos urbanos, ya que el aislamiento de la vida nacional, no será jamás para este pueblo, un medio de progreso…”
Y más adelante agrega
“… cuando esta fundación haya dado sus frutos y la corriente natural de simpatías se restablezca con la anterior capital provisional y demás poblaciones, todas comprenderán los beneficios de la actual concentración que le permite utilizar las corrientes navegables del río Negro y los poderosos recursos del Ferrocarril del Sud , los cuales la acercan al gran pueblo del Atlántico…” .
Orietta Favaro
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Extraído de: “Confluencia de voluntades o coincidencia de intereses, el traslado de la capitalidad de Neuquén a la Confluencia”, por Orietta Favaro
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