Capital provisoria de la Gobernación
La primavera de 1886 fue para Ñorquín, la verdadera estación de las flores, pues su población disminuida por la ausencia tropas que fueron enviada a cubrir otros puestos en la organización militar, se vio de pronto como receptora de las primeras autoridades designadas por el Poder Ejecutivo para regir la marcha del nuevo Territorio Nacional, creado por la Ley N* 1.532, del 16 de octubre de 1884.
El Decreto del 12 de diciembre de ese año había designado como capital de la nueva Gobernación a Campana Mahuida, pero el Coronel don Manuel José Olascoaga no la consideró conveniente, y luego de una estadía de dos meses en Codihue, y poco tiempo en Campana Mahuida, llega a Ñorquín el 31 de agosto, estableciéndose allí, hasta encontrar el lugar apropiado para instalar la Capital definitiva.
Olascoaga, en una nota fechada en Buenos Aires, el 31 de mayo de 1888, le explica al entonces Ministro del Interior, Dr. Eduardo Wilde, los motivos por los cuales no se quedó en Campana Mahuida, donde también había población y un Juzgado de Paz:
“En este propósito, la Gobernación sólo había tocado hasta hace poco dificultades para establecer el principal de estos núcleos que debía servir para fundar la Capital del Territorio, pues el sitio que a este fin se había designado en Campana Mahuída manifestó inconvenientes graves en el primer año que la Gobernación se situó (sic) en aquel lugar. No era cuerdo aventurar los trabajos de una instalación semejante en un sitio donde los estudios de nivelación, que practiqué con la necesaria detención, no daban garantía contra las crecientes probables del Río Agrio, y donde los ensayos de cultivo de la tierra fueron todos negativos.”
En Ñorquín, la afluencia de empleados públicos y de comerciantes que trajo aparejada la llegada de la Gobernación eleva a la población del “pueblo” a más de mil habitantes según censo realizado el 17 de diciembre 1886, y su importancia está dada en que allí se realiza la primera elección municipal de la nueva gobernación sureña, hecho ocurrido en diciembre de ese año de 1886, siendo elegidos:
Presidente: Vicente Borro; Concejales: Eusebio de Castro, Guillermo Grigor, José Balostra y Antonio Della Cha.
En diciembre de ese año parten desde Carmen de Patagones, en misión pastoral, el después Cardenal Juan Cagliero, con los padres salesianos Domingo Milanesio y Juan Panaro, pasando por la línea de fortines y pequeños poblados diseminados a lo largo de los ríos Negro y Neuquén, como así también los nuevos fortines de la línea del Agrio.
Al llegar a Ñorquín, con la decidida colaboración de los nuevos concejales municipales, se procede a inaugurar una capilla provisoria dedicada a Santa Rosa de Lima.
Traslado de la Gobernación
El florecimiento de Ñorquín no duraría mucho. El Gobernador viajero (pues desde su nombramiento en 1884 debió deambular desde Buenos Aires a Carmen de Patagones, donde permaneció hasta el 24 de marzo de 1886, en que recién pudo reiniciar la marcha hacia el territorio de su mando; luego en Codihue, y más tarde en Ñorquín) decide avanzar un poco más al Norte, para asentar definitivamente la Capital.
Por ello remite al Jefe de la Brigada de la División de Río Negro, la siguiente nota:
“Con la mayoría de los empleados a mis órdenes de esta Gobernación emprendo marcha el lunes próximo 25 del cte. en dirección a la costa Norte del Neuquén entre el antiguo Fuerte 4ta División y Tilhue con el propósito de practicar sobre el terreno los trabajos necesarios para la fundación de un nuevo pueblo. La traslación tiene por objeto al mismo tiempo practicar la apertura de un camino carretero que ponga en comunicación aquel punto con Ñorquín”. Le hace presente también la necesidad de una escolta “por lo que solicito de Ud. como un servicio extraordinario se sirva dotarla de esta fuerza”.
Más tarde habrá de recordar Olascoaga este viaje, al presentar su proyecto de ferrocarril de Mendoza a Ñorquín, diciendo:
“Puedo suministrar a este respecto el dato de haberme transportado sin gran dificultad, de Ñorquín a Chos Malal, en setiembre del año 87, con ocho grandes carros de bueyes, muy cargados. Sólo en el paso del Neuquén los carros tuvieron que atravesarlo en Balsa.”
La ausencia de las autoridades máximas del territorio en Ñorquín determinó también el éxodo de los comerciantes, familias, etc., que vivían en el pueblo, quedando pocos, ya que también los efectivos del Regimiento 11 de Caballería que se encontraban acantonados fueron reemplazados.
Para darnos una idea de cómo el campamento se trocó en mísera población luego del efímero reinado de la capital gubernamental, basta leer algunos apuntes de los misioneros, P. Domingo Milanesio y P. Mateo Gavotto,
Milanesio (Set. 1887). “El padre Panaro me comunicó además otras cosas aún más desagradables: la Capilla de Santa Rosa de Ñorquín ya no existía, porque las lluvias del mes de Agosto la habían derrumbado. Los concejales que habían favorecido la construcción ya no existían tampoco porque el Gobernador había disuelto la Municipalidad de Ñorquín. El Juez de Paz no sólo fue depuesto sino que sufrió la misma suerte del Cura. Ñorquín estaba por desaparecer.“…
Nos informará Gavotto el año 1889; diciendo ese mismo año:
“El lugar más miserable donde di Misión es Ñorquín. Imagínese que a falta de ranchos más cómodos, debí elegir el edificio de la antigua Gobernación, donde en 1887 S. E. se detuvo también y administró el Bautismo y la Confirmación a muchos niños e indios. Pero esta vez en lugar de la pieza me debí contentar con el corredor, que aunque adornado con los pobres y viejos trapos que llevo conmigo, no deja de ser una cueva”.
Escribe el Padre Milanesio, en enero de 1886:
“…Después de tres días llegamos por fin a Ñorquín, campamento principal de la Frontera…” “Nuestros caballos estaban agotados. El que había llevado el altar portátil, tanto echarse al suelo cargado, lo había arruinado y hecho pedazos la piedra sagrada. ¿Cómo iba a hacer para celebrar? Patagones estaba a 210 leguas, Mendoza a 200, Concepción de Chile detrás de la alta Cordillera a 70, y yo en condiciones deplorables. Dejé todo en manos de Dios y descansamos mientras dábamos Catecismo a los numerosos niños de Ñorquín.
Las autoridades militares nos dieron una piecita pequeña, pero decente, para celebrar y para el sagrado ministerio. El Com. D. Manuel Ruibal nos ofreció un puesto en su mesa que aceptamos en los primeros días, luego preferidos estar más libres y Francisco hacía un buen guiso hasta con patatas de la civilización chilena, y con vino del mismo origen. Un comerciante italiano me prestó un catre y un colchón, así pude dormir mejor. Los demás bajo el mismo techo, lo hacían en el suelo.”
Un Oficial que escribe desde Neuquén a “La Tribuna”, recuerda: “Sin embargo persistía en la zona una masa de población que determinó la creación del Juzgado de Paz y Registro Civil, que comenzó a funcionar el 15 de agosto de 1890, día de la Asunción de María; siendo el tercero del nuevo territorio nacional que comenzaba a inscribir niños argentinos, evitando que se realizaran como hasta entonces, y mucho tiempo después en la zona cordillerana, la inscripción de los niños en las cercanas oficinas de Chile.”
Pero en 1893 “el campamento” como se le llamaba al lugar, veía venir su negro destino de pueblo abandonado, y así se fue extinguiendo una población, la primera que tuvo autoridades elegidas en su municipio, asiento de una Brigada y luego de las autoridades gubernamentales por casi un año.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fuente: Juan Mario Raone – Fortines del desierto – Mojones de civilización – Tomo III
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