El mapa que aquí se muestra fue publicado en Londres, en el diario de la Sociedad Geográfica Real, por John Murray, en 1836
El libro “Descripción de la Patagonia” del jesuita inglés Tomás Falkner, presentado en 1774, tuvo enorme influencia en la decisión de la corona española de prestar especial atención a tierras y mares de esta parte del continente sudamericano.
Falkner indicaba que “Si a una nación cualquiera se le antojase poblar esta tierra sería asunto de tener a los españoles en continua alarma, porque desde el tal puerto podrían despachar expediciones al mar del Sur para destruirles los puertos de aquella banda, mucho antes de que el propósito o intención pudiese llegar a conocimiento de la España, o aún de los de Buenos Aires”. Y agregaba seguidamente: “Más aún: podría descubrirse una vía más corta por medio de la navegación del río hasta cerca de Valdivia en chatas. Muchas tropillas de los indios del río, que son los más fuertes de estas naciones, se enrolarían por amor al botín; y de este modo sería fácil tomar la guarnición de Valdivia, que llevaría como consecuencia lógica la caída de Valparaíso, fortaleza de mucho menos importancia: la posesión de estas dos plazas aseguraría la conquista del fértil reino de Chile”.
Del revuelo causado por estas afirmaciones, surgió la decisión de la corona española en el siglo XVIII de navegar los actuales ríos Negro y Limay para encontrar una salida al Pacífico, antes que lo hicieran los ingleses, o alguna otra potencia.
El elegido para esa tarea fue el piloto español Basilio Villarino, en el año 1783.
Algunos fragmentos del artículo de Más Neuquén de la expedición de Villarino:
Una vez en la confluencia de los ríos “Grande Desaguadero” (Limay) y el “Diamante” o “Sanquel” (Neuquén), el piloto español Basilio Villarino, el 24 de enero de 1783, decide dejar las embarcaciones media legua más arriba por el Desaguadero (Limay), y recorrer el Neuquén (Diamante o Sanquel) en bote.Él creía que el Negro y el Limay eran un sólo curso fluvial, y el Neuquén, su afluente. Navegando el “Sanquel”, tenía la sospecha que en menos de 25 días entraría en San Luis, o tal vez en Mendoza. Pero la corriente era tan impetuosa que no permitía el paso y desandaban lo remontado.
– Dentro de lo precario de la expedición y de los elementos con que contaban, trataron de obtener la mayor cantidad de datos sobre los parajes que iban conociendo, que luego se constituirían en fuente importante de información para los futuros planes de los españoles.
– Decide continuar por el “Grande Desaguadero” (Limay) hasta la desembocadura del Collón Curá. Se lamenta de la duración de los vientos que no había experimentado “en la costa patagónica ni en las Islas Malvinas”. Se presentaron dos casos de escorbuto, pero por suerte, pudieron hacerle frente comiendo las manzanas que eran abundantes en esos lares. No habían embarcado dietas, medicinas, ni médico, como requería una expedición como esa.
– Pronto se produciría el contacto con los nativos.
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Se descarga desde la página viejosmapas.com, que pertenece a la misma editorial de Más Neuquén.
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