La foto registra una imagen habitual en la ciudad, en esos años: una cuadrilla de presos de la cárcel repara la diagonal Congreso (hoy Alvear). Las vías, que se instalaban en cada oportunidad, permitían el acarreo de piedras o arena desde las bardas o desde los médanos que se formaban en distintas zonas de la ciudad. Al fondo, se puede ver la casa de madera donde estaba la sede del gobierno del territorio y el monolito de homenaje a los primeros pobladores, ubicado donde ahora se encuentra el monumento a San Martín. A la derecha, la casa del director de la Escuela n° 2 y los árboles de la plazoleta recién plantados. Los árboles de la izquierda están más crecidos y han sido plantados sobre la calle. Hoy, ya no están en ese lugar.
La imagen ha sido tomada en la calle La Rioja, a una cuadra de la gobernación y cerca de la Jefatura de Policía, donde trabajaba el fotógrafo Ligaluppi. La niña es «la Porota», su hija. El hombre es el hermano del fotógrafo y la que asoma por una puerta, a la derecha, es la mujer de Ligaluppi. Este se había radicado en Neuquén en 1920 e ingresó a la Policía como encargado del gabinete fotográfico, que registraba el accionar policial y las pericias de la época. También trabajó como laboratorista de Ferfuccio Verzegnassi. Fue un aficionado a la música -tocaba el violín-, a la pintura -llegó a exponer sus obras en Neuquén- y escribía poesía. En 1999, se encontró en terrenos de la gobernación (donde antes estaba la jefatura de Policía) una botella donde Ligaluppi dejó constancia escrita de sus infortunios como fotógrafo policial.
Con su cámara, logró captar imágenes de la Neuquén de la década del ’20 de gran valor histórico.
Quien «toma» o quien «saca» una foto, abre una ventana a un mundo. Aquí, Neuquén -aquel mundo, que vuelve en esta imagen- es una calle amplia, sin vehículos, y un cielo ancho. Ambos muestran una impronta rural que aún permanece. Al mismo tiempo, los comercios de la esquina de Sarmiento y La Pampa -a la derecha- y la colonia ferroviaria -a la izquierda- exhiben el avance de lo urbano sobre el campo.
Cuando la Jefatura de Policía se trasladó al Château, este edificio ubicado en la calle Rioja pasó a ser el despacho del gobernador del territorio. Hoy, es la entrada al Salón de Acuerdos de la gobernación.
Los dos primeros pabellones se inauguraron en julio de 1911, en un lugar que entonces quedaba muy alejado de la naciente capital. La fuga de 1916 devino en la masacre de Zainuco y en el posterior asesinato de Abel Chaneton, el fundador del primer periódico capitalino. La posterior investigación de los hechos hizo que esta prisión se convirtiera en una leyenda.
El maestro Thames Alderete fue el primer director de esta escuela, cuando se inauguró en febrero de 1904. Años más tarde, la escuela se instaló en Carlos H. Rodríguez y Avenida Argentina y, finalmente, en su ubicación actual en Avenida Argentina y San Juan.
Era importante que los caballos no se asaran bajo el abrasador sol patagónico. Y también que no destruyeran las flamantes veredas. Por eso, quizá, los árboles se plantaban en la calle, para que, además de su sombra, brindaran un eventual palenque.
En primer plano, a la derecha, el sector de cambio de máquinas; vagones hacia la izquierda y, sobre la calle Sarmiento, se puede observar los autos estacionados de la agencia de Amaranto Suárez, llamada La Veloz.
¿Quién no querría «sacarse» una foto sobre un fondo de aventura o de progreso? Neuquén, en aquellos años, era la ciudad que crecía imparable hacia un futuro de máquinas -a la izquierda, la agencia Chevrolet- y de viviendas ansiosas de mostrar que la modernidad llegaba a la Norpatagonia. La casa de la esquina, coquetona, tiene su entrada sobre la ochava. Pero también, como se puede ver, Neuquén tenía todavía innumerables resquicios por donde se colaba la vida rural.
Comenzaba el siglo. El tren era un signo de que un nuevo mundo se desarrollaba ante la mirada sorprendida de todos. Las grandes máquinas -la posibilidad de devorar distancias y de transportar novedades- eran también un símbolo de aventura: los niños -y no siempre sólo ellos- solían ir a ver, con ojos grandes y velados por la ilusión, la llegada y la partida de los trenes en las estaciones. En ese sistema de fantasía, los trabajadores del riel cobraban estatura mítica.
El parque central, el Bajo, la calle Sarmiento, no mas de dos cuadras y se acababa el pueblo. La silueta en sombra del fotógrafo con su cámara apuntando al sur, podría hacernos suponer que la foto fue tomada en un mediodía de invierno
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Imágenes y texto extraídos del libro: 1904-2004 – Neuquén – Imágenes de una ciudad centenaria
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Una maravilla la historia neuquina viví allí en mi adolescencia mi padre Domingo De Giorgio fundó la empresa LA NEUQUINA me gustaría que publicaran algo de esa parte de la historia unía Neuquén con Río Negro (llegaba a Barda del Medio) la Empresa estaba en Avda.Olascoaga y ING.White (ahora Planas) es también historia muchas gracias