Durante los primeros años del Territorio, con el objeto de ejercer una mayor vigilancia, alcanzando parajes distantes cuyos habitantes mayormente permanecían desprotegidos, se estableció una “Policía Volante” cuya misión era recorrer los distintos Departamentos y, cuando le era requerido, colaborar con las Comisarías en los procedimientos de persecución o búsqueda de malhechores.
Como uno de los tantos fundamentos que daban lugar a la actuación de la Policía Volante, simplemente transcribiré a continuación una directiva impartida por el Gobernador al Jefe de Policía del Territorio. La misma está fechada el 8 de marzo de 1902 y dice:
“… Teniendo conocimiento presente que en la entrante estación es cuando el bandolerismo hace sus avanzadas a las poblaciones y establecimientos de campos, esa Jefatura a los efectos de mejor servicio de seguridad para la guarda de intereses de sus habitantes de este Territorio, impartirá órdenes a los Comisarios de su mando para que establezcan estos servicios de Policía Volante, nombrándose comisiones de vecinos para coadyuvar a los elementos de Policía sujetos en un todo a las disposiciones que dicte esa Jefatura …”
Este cuerpo policial no tuvo una vida prolongada por cuanto los resultados logrados no alcanzaban a cubrir las expectativas. La indisponibilidad de medios suficientes y apropiados; las demandas de servicios ordinarios de las Comisarías y Destacamentos, como el escaso número de policías para ser afectados, fueron los factores que conspiraron e hicieron dificultoso la conformación de las partidas volantes.
La Jefatura de Policía, con fecha 5 de mayo de 1906, respondiendo un requerimiento que hizo a la Gobernación el Ministerio del Interior, elaboró un detallado informe acerca de la organización de la repartición, su despliegue en el interior del Territorio y las actividades más importantes desarrolladas. Sobre la Policía Volante consignaba lo siguiente:
“1ra Partida Volante. Esta partida a cargo de 1 Sub Comisario; 1 Cabo y 1 Sargento, salió de la capital el 16 de febrero de 1905, recorriendo los siguientes puntos: Arroyitos, Plaza Huinco, Santo Domingo, Zapala, Paso del Arco, Laguna Aluminé, Ñorquinco, Pulmarí, Rucachoroy, Junín de los Andes, Mamuil Malal, Pulmarí, Lago Aluminé, comisaría Catan Líl, Aguada del León, Picún Leofú, Alarcón, Arroyitos y Neuquén.- 2da Partida Volante. Partió de esta capital a cargo de 1 Sub Comisario, 1 Cabo y 10 Agentes, recorriendo los siguientes puntos: Arroyitos, Plaza Huincó, Zapala, Las Lajas, Ñorquín, Minas, Chos Malal, regresando por Cortaderas, Añelo al Neuquén.- 3ra Partida Volante. Salió de esta capital a cargo de un Sub Comisario, 1 Cabo y 10 Agentes, recorriendo el departamento Confluencia, Picún Leofú y Limay Centro”.-
En fecha 26 de septiembre de 1906, el Gobernador Elordi dispuso dejar sin efecto el servicio de la Policía Volante. Para ello tuvo en cuenta un informe producido por el Jefe de Policía, José Rodríguez Spuch, mediante el cual le hacía conocer los infructuosos resultados obtenidos en las dos amplias recorridas efectuadas por esas patrullas durante los años 1904 y 1905, no habiendo aportado beneficio alguno. Por otro lado, sugería distribuir el personal de la Policía Volante entre las comisarías de la región cordillerana para poder cubrir los principales boquetes (pasos) que, hasta ese momento, con la dotación disponible, era imposible cubrir en la forma debida. También tenía en cuenta en sus argumentos, la conveniencia de reforzar policialmente el Departamento “Minas” para atender los tres principales emprendimientos mineros existentes, entre los cuales se empleaban más de mil peones chilenos.
A raíz de la medida gubernamental, el personal que integraba la Policía Volante fue distribuido de la siguiente forma, según el contenido de la Nota N° 2162 “JP” del 28 de septiembre de 1906:
Comisaría Chos Malal = 13 hombres
Comisaría “Minas” = 24 hombres
Comisarías Río Colorado Arriba y Añelo = 12 hombres
Comisaría de Ñorquín = 23 hombres
Comisarías de Picún Leufú y Las Lajas = 15 hombres
Comisaría de Aluminé = 14 hombres
Comisarías de Limay Centro y Collón Cura = 15 hombres
Comisaría de “Los Lagos” = 12 hombres
Comisaría Capital-Confluencia = 27 hombres
El Subcomisario Manuel Oliver fue destinado a la Comisaría de Ñorquín y el Subcomisario Manuel Pérez a la Comisaría del Departamento Minas.
Otra información, en la que se hace referencia a estos cuerpos policiales, indica que el 12 de octubre de 1911, durante la Presidencia del Dr. Roque Sáenz Peña, son organizados pequeños destacamentos de Policía Fronteriza Volante con la finalidad de reforzar a sus similares de los Territorios Nacionales, especialmente en el Sur del país.
Dependientes del Ministerio del Interior y a las órdenes de sus respectivos gobernadores, estos “piquetes” montados establecidos en el Chubut, Neuquén y Río Negro, recorrían las regiones menos guarecidas de la zona fronteriza. Fueron disueltos en 1919.
No obstante he observado que, en fecha 16 de abril de 1921, mediante Resolución gubernativa, fue nombrado y designado para hacerse cargo de la Policía Fronteriza el Comisario Carlos Acosta (152/485), lo cual indica que el cuerpo sobrevivió algunos años más.
Sobre esta agrupación policial quiero traer al presente una referencia que en gran medida refleja la realidad que se vivía en aquellos años y, que también pone en evidencia el desmerecimiento que desde el gobierno central se ponía en práctica cada vez que había que atender acuciantes necesidades de sus pobladores.
El afamado vecino y destacado funcionario policial como lo fue el señor Luís Francisco Dewey, mientras se desempeñó como corresponsal de los diarios “La Nación” y “La Prensa” el 8 de julio de 1905 produjo el siguiente informe destinado al primero de ellos:
“Por el último correo tortuga hemos recibido diarios de ésa fechados hasta diecinueve de junio y entre ellos La Nación del trece del mismo, que contiene la siguiente noticia en Sección Administración Nacional: “Policía Volante – Informa el gobernador del Neuquén al Ministerio del Interior haber concentrado en los departamentos de Minas; Las Lajas y Ñorquín las tres partidas volantes de gendarmería, por ser los que necesitan mayor vigilancia”.- “Pues bien, hay en esto un evidente error de información que me apresuro a rectificar. Desde Octubre del año pasado se venía anunciando el envío de policía volante para vigilar los valles andinos y recién el veinte de Mayo, cuando ya estaba cerrada la cordillera, llegó a Chos Malal la primera partida de esa clase que nos visitaba.- El vecindario, que esperaba asistir al marcial desfile de los gallardos ulanos (lanceros) del Ministerio del Interior, vio defraudadas sus esperanzas, pues presenció la triste entrada de once individuos de pobrísimo físico, jinetes en escuálidos mancarrones, que evocaban el recuerdo de las famosas partidas de plaza del tiempo de Juan Moreira.- La sola idea de que ese maltrecho conjunto pudiera dar caza al más infeliz delincuente era de por sí ridícula.- Aquí permanecieron hasta el veintisiete de Mayo, reponiendo las cabalgaduras y luego emprendieron viaje de regreso a la lejana capital del Territorio, donde no hay nada que cuidar- Es inexacto, pues, que haya una partida volante en Las Minas, ya que ni siquiera llegó hasta allá la que he mencionado y que, repito, no pasó de Chos Malal- La noticia aludida, revela una mistificación y nada más.- Luís F. Dewey – Corresponsal”.-
Al dirigirse a “La Prensa”en la misma fecha, Dewey señalaba:
“Objeto de animados comentarios es la noticia aparecida en un diario de ésa, según la cual el gobernador del Territorio ha comunicado al Ministerio del Interior haber concentrado en los departamentos de Las Minas; Ñorquin, y Las Lajas; las tres partidas volantes de gendarmería.- Al Departamento de Las Minas; no ha llegado nunca la policía volante y a Chos Malal llegó una partida recién el veinte de Mayo, cuando ya no hacía falta por estar cerrados los boquetes de la cordillera. Dicha partida permaneció aquí siete días dando de comer a sus aniquilados caballos y después regresó a la estación Neuquén, actual Capital del Territorio, carneando en la marcha una de las mulas de la expedición.- A pesar de las confesiones trisemanales que le hacen los gobernadores, parece que el Ministerio del Interior está todavía muy lejos de saber la verdad de lo que pasa en los Territorios.- Luís F. Dewey“. –
El contenido de estos artículos resulta por demás elocuente, a la vez de quedar ejemplificado el hecho de que con insuficientes y tan rudimentarios medios, resultaba una verdadera utopía poner freno a la acción del bandolerismo que preocupaba y tenía a mal traer a las autoridades locales.
Extraído del libro: Guardianes del Orden, Primera recopilación de datos y antecedentes históricos de la policía de Neuquén 1879-2000, Tomo 1, de Tomas Heger Wagner
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