En la ciudad de Neuquén, capital de la Provincia, la Casa de Gobierno constituye uno de los espacios históricos y de fuerte simbolismo social y político, referenciales del casco fundacional, cuyas características primordiales han permanecido prácticamente inalteradas a lo largo de un siglo, a pesar del acelerado crecimiento demográfico de la ciudad, la cual la ha transformado en la de mayor importancia de la Norpatagonia. La Casa de Gobierno, por su centralidad en la vida política democrática de una joven provincia, constituye una referencia insoslayable a la hora pensar el patrimonio histórico en la región, constituyendo una fuente de identidad cultural para la provincia.
Desde el Territorio Nacional hasta su constitución como Provincia, la Casa de Gobierno del Neuquén es una de las edificaciones icónicas, representando los avatares y tensiones sociales de la historia neuquina, como emblema del poder político, como casa que representa valores republicanos y democráticos y también, en las últimas décadas, como espacio de contestación social donde se expresan disidencias ciudadanas de diverso tipo.
La construcción de la actual Casa de Gobierno se inició en 1916 a instancias del comisario Adalberto Staub para erigir el asiento de la Jefatura de la Policía, siendo el primer edificio realizado por poderes públicos construido con ladrillos, en un contexto de la época donde las edificaciones eran de adobe, revocadas con cal. Fue uno de los primeros edificios en el que se usó el ladrillo, en el pueblo creado pocos años antes como capital del Territorio Nacional del Neuquén, rodeado por escasas y dispersas viviendas de adobe.
Staub había llegado a Neuquén en 1904 desde Buenos Aires, luego de trabajar en la Aduana, y se incorporó como fuerza policial al grupo de notables del pueblo que impulsaba acciones comunitarias, ante la inercia de las autoridades porteñas: instaló hornos de ladrillos para construcciones públicas, colaboró en la fundación de bibliotecas populares, centros culturales y de ejercicios físicos, creó el panteón policial y organizó el primer cuerpo de Boy Scouts de Neuquén, entre otras obras (Micolich, 2019: 67). Asimismo, su nombre ha estado asociado a la trístemente célebre matanza de Zainuco que conmocionó a la región y al país precisamente en el mismo año, 1916, en el que comenzó la construcción de la actual Casa de Gobierno.
En la manzana 39 del pueblo funcionaba la comisaría, una “…modestísima construcción de barro y palo. Ostentaba como señal de distinción un escudo y la bandera nacional; estaba guarnecida por un comisario y su piquete de gendarmes…” (Álvarez, 1981: 49). Allí, en el ángulo sudeste de la misma cuadra, Staub comenzó la construcción de un edificio que recrearía un fuerte militar medieval. Por iniciativa de Staub, no sólo se elaboró el proyecto arquitectónico, con los rudimentos de la época, sino que fue el propio jefe de la policía territoriana el encargado de impulsar su construcción reclutando en las fuerzas policiales a albañiles, carpinteros y toda persona vinculada al universo de la construcción, al mismo tiempo que planificaba la confección local de ladrillos, organizando la construcción de uno de los primeros hornos de ladrillos de la región. Teniendo en cuenta la envergadura que iba tomando la construcción hacia 1929 se dispuso el traslado “provisional” de la sede de la gobernación del Territorio Nacional a la jefatura de policía que pasó a ocupar el chateux gris de madera, que para la época contaba con signos inequívocos de deterioro edilicio.
Durante diversas gestiones, que atravesaron la primera mitad del siglo XX, se continuó con la construcción y ampliación de la sede gubernamental, hasta completar buena parte del rectángulo de la planta. Especialmente, durante el mandato del Gobernador Pilotto se hizo un gran avance que incluyeron detalles de terminación como el revoque exterior con ornamentaciones, la realización del primer jardín interno y el salón de actos (parte del cual es actualmente el Salón de Acuerdos), las columnas de iluminación exteriores e interiores e innumerables trabajos de refacción y construcción edilicias (Montes Le Fort, 1998: 65-66).
La estructura física de la casa gubernamental, sede del poder político de la Provincia, a lo largo de un siglo de historia fue atravesando diversos procesos de modificación y amplificación de su planta fundacional. Especialmente, en lo que respecta al interior del edificio, la Casa de Gobierno fue ampliando sus espacios, modificando su distribución funcional interna, aunque conservando las líneas generales de su austera fachada. Si bien fue pensada como la sede de la jefatura de policía del entonces Territorio Nacional del Neuquén, luego de haber transcurrido más de una década de la fundación de la ciudad y su transformación en capital del Neuquén en 1904 y teniendo en cuenta la precariedad de recursos económicos de la época y el carácter inhóspito de un área recientemente incorporada a la órbita del Estado Nacional, luego de la denominada “Campaña al Desierto”, la edificación se transforma en la sede del poder político, desde 1929 hasta la actualidad, en virtud del déficit de edificaciones públicas de la época. Más allá de su función prístina, tuvo una polivalencia de funciones pudiendo ser mencionadas como las más relevantes ser lugar de trabajo de bomberos voluntarios, registro civil, caballerizas, carpintería, hospital de campaña, sala de primeros auxilios y, a partir de 1929, Casa de Gobierno.
La construcción original se inicia y finaliza en el bienio 1916-1917 con la Jefatura de Policía territoriana en la intersección de calles Roca y Rioja donde se construyen oficinas. Durante la segunda gestión del Gobernador Francisco Denis la edificación va a avanzar sobre la calle Roca. En virtud de la iniciativa de Adalberto Staub se incluyen torres y almenas emulando edificaciones fortificadas de resonancias medievales. En los primeros años de la década de 1930 se realizan diversas obras de ampliación y revestimientos interiores adquiriendo, grosso modo, las características físicas que conserva hasta la actualidad.
La construcción actual de la Casa de Gobierno, al no ser concebida originalmente como el recinto gubernamental marca un punto de singularidad respecto a las prácticas consuetudinarias al respecto en el país y la región. Ello se reflejó en el emplazamiento excéntrico de la edificación en el contexto de la fundación de una ciudad que tampoco siguió los cánones urbanísticos instituidos. Si en la tradición hispanoamericana el tejido urbano fundacional se estructuraba en torno a una plaza central, donde se erigían las construcciones de los poderes seculares y religiosos, v. gr. la Iglesia y cabildo, en el páramo patagónico la creación de diagonales y una avenida principal que surcaba el poblado de norte a sur, de influencias platenses, rompieron con el entramado ortogonal clásico. En ese contexto, la localización de la entonces jefatura de policía y posterior Casa de Gobierno no ocupó una centralidad axial, marcando esta impronta un eje cívico singular en el contexto de la fundación de poblados republicanos de la Argentina de principios del siglo XX.
La tipología de la edificación es ecléctica, con una influencia preponderante del pintoresquismo. Se manifiesta esta orientación en la estructura externa que transita entre una imagen de fortaleza y castillo, reforzada con la construcción de torres y almenas. Arquetipo de poder y jerarquía, los castillos y sus detalles constructivos inspiraron numerosas obras destinadas a las fuerzas militares y policiales en nuestro país, a partir del historicismo arquitectónico en boga desde el siglo XIX. También se puede ver el uso de muros rematados decorativamente con almenas dispuestas a intervalos regulares, gibelinas y güelfas, en construcciones pintoresquistas de pueblos y barrios (Micolich, 2019: 67).
En la torre central correspondiente a la calle Roca se realizaron pequeñas ventanas de estilo gótico ojival. Las aberturas están enmarcadas por un trabajo de imitación de bloques de piedra emulando la utilización de piedra en las construcciones fortificadas. La torre poseía un carrillón, conservándose en la actualidad un reloj JF Weule, instalado en 1924, el cual es el más antiguo de la ciudad de Neuquén, funcionando hasta la actualidad. El famoso artefacto se emplazó en una torre de casi 9 metros de alto, y su ubicación permite ser divisada desde lejos. Su presencia no pasa inadvertida para quien mira desde la plaza Roca hacia la gobernación.
El edificio no presenta un estilo definido, pero su imagen ecléctica remite a la idea de un fuerte con detalles coloniales. Sus fachadas planas, en conjunción con las torres y ventanas marcan un compás regular a lo largo de todo el perímetro, otorgando al edificio en su conjunto equilibrio y sobriedad. La imagen fortificada de su exterior se contrapone con su fisonomía interna, donde la casa ofrece dos patios abiertos con jardines, provistos de abundante vegetación que complementa la imagen de resonancias coloniales de sus galerías con arcos de medio punto, alrededor de los cuales se ubican las principales salas del ejecutivo neuquino.
La técnica constructiva es artesanal realizada por la policía territorial, albañiles y carpinteros de la zona. De estilo ecléctico, la Casa de Gobierno, emplazada sobre la línea municipal, emula la arquitectura medieval bajo la imagen de una construcción fortificada, reforzada con la disposición regular de almenas y una torre central con pequeñas ventanas de estilo gótico-ojival. La mampostería es de ladrillo visto originalmente y revocado con posterioridad, contando todos los ángulos de los volúmenes, las ventanas y puertas con detalles de imitación de cantería. Posee una fachada simétrica con una planta regular que ocupa en la actualidad íntegramente la Manzana 39 de la ciudad de Neuquén.
Construida en los inicios del siglo XX la Casa de Gobierno fue testigo y recinto del poder político neuquino durante buena parte de su breve historia institucional. Albergando a gobernadores designados por el poder central durante el Territorio Nacional y luego ocupada por representantes elegidos por el sufragio popular y también por aquellos que ocuparon la sede gubernamental de facto, la Casa de Gobierno se transformó en el emblema material a partir del cual expresar disidencias ciudadanas, como evidenciar la defensa de valores democráticos. Da cuenta de esta transformación, la constitución de la casa como el epicentro en el cual el movimiento de derechos humanos desafió a las autoridades militares locales en 1980, como la defensa de la democracia en 1987 constituyendo a la Casa de Gobierno, en particular, y la Provincia de Neuquén, en general, en uno de los emblemas de la defensa de los derechos humanos en el país.
Alertada por el riesgo en que se encontraba el orden constitucional durante la crisis militar más importante que tenía lugar desde el regreso de la democracia, en el transcurso de la Semana Santa de 1987 se produjo una marcha multitudinaria que finalizó en los alrededores de la sede del Gobierno. Muchos se quedaron en custodia durante tres días, rodeando el edificio. Desde Buenos Aires y a través de la radiodifusora local, el entonces gobernador Felipe Sapag ordenó que “se abran las puertas de la Casa de Gobierno para que el pueblo defienda la democracia”. Es recordada la frase del presidente de la Nación Raúl Alfonsín al término de la insurrección, sobre la Casa Rosada: “Felices Pascuas. La casa está en orden”. Los avatares del país y la región no han hecho más que profundizar la importancia de la Casa de Gobierno por el peso simbólico y político que alberga como emblema de poder y como espacio de concentración de disidencias sociales.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Para Más Neuquén por el Lic. Nicolás Padín, investigador de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia del Neuquén. Profesor de Historia Económica y Social General de la Universidad Nacional del Comahue.
Bibliografía consultada
- Álvarez, Gregorio, Neuquén, su historia, geografía y toponimia, Buenos Aires, Congreso de la Nación, 1981, Tomo VI.
- Micolich, Marcela, “La casa de gobierno de la Provincia del Neuquén. Patrimonio cultural en disputa (1916-2009)”, En: Identidades, Comodoro Rivadavia (Chubut), N° 17, Año 9, Octubre 2019, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, pp. 59-80.
- Montes Le Fort, Liliana,, Patrimonio arquitectónico de la ciudad de Neuquén – 1998. Inventario de edificios y objetos de barrios y casco histórico, Neuquén, Municipalidad de Neuquén, 1998.
- Navarro Floria, Pedro y Nicoletti, María, Historia del Neuquén, Neuquén, Educo, 2014. Smith, Laurajane, “El espejo patrimonial ¿Ilusión narcisista o reflexiones múltiples?”, Antípoda. Revista de antropología y arqueología, 39-63, 2011.
- Padín, Nicolás, “¿Demolición o protección? Renovación urbana y experiencias ciudadanas de preservación del patrimonio histórico en la Patagonia argentina. Neuquén, 1960-1993”, En: IV Jornadas Nacionales para el Estudio de los Bienes Culturales, Bariloche, CNEA – Instituto Balseiro, 15 al 17 de abril de 2015.
- Prats, Llorenç, “Concepto y gestión del patrimonio local”, Cuadernos de Antropología Social, V. 21, 2005, 17-35.
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