
Sermones y criterios del Capellán
Relacionado con el Salesiano Bartolo Panaro, cura párroco y Capellán de la vieja gobernación, he observado copia de algunos documentos en los que se hace notar que su razonamiento y proceder no agradaban al gobernador, generando a su vez descontento y quejas de la feligresía.
El gobernador interino, don Francis Albert, seguramente hastiado de los comentarios adversos y con la clara intención de dar un corte a la errada percepción que el clérigo tenía sobre ciertos ministerios canónigos, decidió enviar la siguiente nota al Ministerio del Interior:
“Chos Malal, noviembre 6 de 1891- Excmo. Señor Ministro del Interior – Don José V. Zapata – Tengo el honor de dirigirme a V.E., y me es sensible tener que hacerlo en el sentido de poner en su conocimiento hechos atentatorios contra la ley civil, consumados por el señor Capellán de esta Gobernación Don Bartolo Panaro.- Repetidas son las quejas que contra procedimientos de este cura se han interpuesto ante el que suscribe, con motivo de que al efectuar un bautismo de niños cuyos padres han sido legítimamente casados por la ley, habiendo omitido hacerlo por la Iglesia, el señor Capellán asienta dichas partidas clasificándolos como hijos naturales a pesar de las protestas de los padres – Asimismo, señor ministro, tengo noticias de que cuando sale en misión, recorriendo las poblaciones de este territorio, predica en contra de la ley civil considerando el matrimonio contraído ante el oficial público como un concubinato, y últimamente se ha negado a aceptar en el carácter de padrino en un bautismo, a un empleado de la gobernación, por haberse casado en la forma que la ley determina.- Desgraciadamente las personas timoratas son las más numerosas, y con su conducta el Capellán expone a la desconsideración de aquellos a los que cumplen con las leyes de la Nación, que él, como empleado a sueldo de la misma, debía dar el ejemplo para que se respetaran.- Debo advertir que la prédica a que me he referido no la he podido comprobar debidamente, pues en el caso de que así hubiera sido, habría adoptado inmediatamente las medidas represivas que corresponden. Los demás hechos enunciados están plenamente probados y los someto a la decisión de V.E., renovándole en esta oportunidad las seguridades de mi más distinguida consideración”. Fdo.) Francis Albert – Enrique D. Dewey (9/205)
También el semanario “Neuquén” de Chos Malal, por haber resultado llamativo o curioso, el modo en que el Capellán Panaro daba sus sermones durante los oficios religiosos, intentó reproducir algunas de sus homilías cuya forma y contenido, a hoy vista, resultan generadoras de alguna expresión risueña.
En su edición N° 43 de día 27 de junio de 1895, referido a la prédica brindada por el mencionado sacerdote durante la Misa del domingo anterior, publicó el siguiente comentario:
“… Contra su costumbre el señor Párroco fue lacónico el domingo, aunque como siempre elocuente. Dijo entre otras cosas y atendiendo a los defectos internos: <Todo vosotro somo como la sipultura: blanco, muy blanco por afuera y altro que podrida por adentro>. Después, refiriéndose a la mujer pecadora agregó: <Una muquer haría pecado y se fue ante el Señor arrepentida. Este la reunió a todo y le dico: ¿cuál de vosotra no ha pecado? Y guardaron silencio con la vista baca. Entonce el Señor se agachó y haciendo un auquerito en la arena, dico: cualquiera de vosotras que no haya hecho lo pecado, que meta lo dedo en el auquerito>. ¡Y nadie quiso meterlo! Estos son los sermones con que diariamente este … santo varón entretiene a sus feligreses. No sabemos que da más, si vergüenza o risa”.

Al año siguiente, en su edición del 19 de junio de 1896, la misma publicación reproduce otra parte de la curiosa oratoria del Sarcerdote Panaro:
“Las muqueres son como la ovecas caspientas, cuanto más sarnosas más mañosas: que se decan manosiar como lo quénero que están en Chile – uno más afuera otro más adentro. Los que están más afuera, están manosiada de lo carnicero y de lo calero y de todo lo gañane, y nosotro, lo hombre, elequimos de lo que están más adentro, aunque sea de la misma pieza. Así son la muquere cuando no están manosiada. Por eso nosotro, lo hombre, cuando nos queremos casar; nos casamo con la que está menos manosiada. Le digo a ustede, niña, que no se dequen manosiar, perque nosotro, lo hombre, somo la pior cizaña del mundo”.
El Capellán Bartolo Panaro permaneció en Chos Malal hasta su renuncia el 10 de junio de 1901, fecha en que el Ministerio del Interior nombró al Presbítero Valentín Nalio en su reemplazo.
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Publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Extraído del libro: Guardianes del Orden, Primera recopilación de datos y antecedentes históricos de la policía de Neuquén 1879-2000, Tomo 3,de Tomas Heger Wagner
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