Causas del fracaso
Se recomienda leer la primera parte.
La ubicación y el clima
Existen diferentes razones porque «La Patagonia» fracasó y una de ellas tenía que ver con la ubicación y el clima. El campo estaba ubicado en las cercanías del río Covunco, hoy en día mejor conocido como el Arroyo Covunco, en la provincia del Neuquén. Esto parecía prometedor a primera vista, porque había aparentemente suficiente agua y tierra fértil para cultivar. Pero lo que la sociedad no tenía en cuenta eran las precipitaciones bajas e irregulares y que había vientos calientes y heladas en la noche. Eso podría influir bastante en el éxito de la sociedad por la consecuencia para la cosecha y con esto también en los fondos que se manejaba.
Otro problema era la irrigación. Aunque había un arroyo cerca, había que construir un sistema de riego artificial, para que se pudieran instalar gran cantidad de personas. Un informe de Paul Friedrich Heintze en el Argentinisches Tageblatt lo aclara, diciendo que está dudando si esta tierra de verdad fuera apta para el riego y si fuera así, cuáles serían los costos de este, ya que un sistema de irrigación artificial cuesta mucho y recién es rentable a largo plazo. Se asume que para 300.000 hectáreas de tierra canalizada se necesitan un millón de pesos, un capital con que «La Patagonia» no podía ni siquiera imaginar.
Pero no sólo el clima resultó ser un obstáculo, sino también la ubicación. Una distancia de apenas 40 o 52 Km. (según las fuentes) hacia la próxima estación de trenes (Ramón M. Castro) tal vez no era una distancia considerable en Alemania, pero en Neuquén, alejados de la civilización la verdad era otra. No había una ruta pavimentada ni un camino realmente reforzado. Con un coche de dos caballos se necesitaba, según las circunstancias hasta dos días. Esto confirma Paul Friedrich Heintze que dice que el campo se encuentra demasiado apartado de las rutas. Otros visitantes relatan que en su viaje el carro del caballo se quedó atascado en el Río Covunco, cuyo ancho era de 8 metros y la altura del agua era hasta el eje del carro. Para seguir avanzando había que descargar todo el carro para después cargarlo de nuevo. Se puede imaginar que bajo estas circunstancias un viaje era demasiado pesado y caro.
Con condiciones previas de estas circunstancias ya se podía dudar del éxito de esta sociedad, porque tampoco contaba con los recursos financieros necesarios para enfrentar las dificultades a causa del clima o para mejorar las condiciones de la ruta. Esto era fundamental para el logro de este emprendimiento, sobre todo en la primera etapa, cuando había que comprar y transportar muchos bienes, para que una instalación fuese posible.
Las condiciones económicas y sociales en la Argentina
Lo que no puede pasar inadvertido son las condiciones socio-económicas de Argentina. Muchas de estas razones no se vinculan directamente con la Patagonia, también porque a la sociedad le faltaba tiempo para desarrollarse y enfrentarse a estos tipos de problemas. Pero igualmente son razones que hay que contemplar, ya que influyen en la vida de toda la gente viviendo en Argentina, incluyendo los colonos.
Desconocer la realidad de un país es un factor de riesgo para el logro de cualquier emprendimiento. En este caso no se ha tenido en cuenta el primer obstáculo de la lengua con suficiente seriedad. Aunque se pensaba vivir en una colonia puramente alemana, había que interactuar con los nativos. Para los alemanes era un problema mayor que para los inmigrantes españoles o italianos, que se podían comunicar con fluidez, y por ende, no estaban atados a una persona que sirviera como intérprete o mediador. La Reichswanderungsamt (Secretaría Imperial para la Migración) advierte esto en un artículo, diciendo que no se debería subestimar las facilidades que trae consigo un español fluido.
A esto se suma la gran cantidad de inmigrantes de todos los países que afectaba el mercado laboral. La Reichswanderungsamt (Secretaría Imperial para la Migración) comenta que Argentina no fuera capaz de asimilar una gran cantidad de alemanes y que no es el país que mana leche y miel.
Un factor económico importante que hay que tener en cuenta es el incremento en los precios de los alimentos. La inflación en Argentina se estaba disparando, sobre todo los productos hechos de trigo, como el pan, debido la demanda internacional. Para ver esto en números: Un trabajador casado con un hijo necesitaba por lo menos 200 pesos para vivir, pero, por ejemplo, el azúcar, otro alimento básico, ascendió de 40 centavos a 2 pesos y en el interior a 4 Pesos papel. También el precio de la carne se mantenía alto, aunque la guerra había terminado. El alquiler tampoco quedaba excluido del aumento de precios.
Todo esto indica, que la inflación se veía reflejada en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Los sueldos no lograron seguir este aumento de precios y la planificación financiera de la sociedad no había contemplado esta posibilidad de devaluación.
Los colonos
Aunque había muchas causas externas que llevaron al fracaso, también había una serie de factores debidos a los colonos mismos, que contribuyó que «La Patagonia» tuviera este desenlace trágico.
Un gran problema era la experiencia de los colonos. Muchos ni siquiera eran agricultores y ser agricultor en Alemania era una cosa muy distinta de serlo en Argentina. Muchas veces tenían un concepto equivocado de la vida en Argentina y no fueron preparados como era debido. Esto era sobre todo para las personas que no sabían nada de agricultura, como era el caso de muchos colonos en las sociedades de colonización. La mayoría nunca había trabajado en el campo y también existía una gran cantidad de personas, que vinieron a Argentina con muchos prejuicios y exigencias y tenían un espíritu más aventurero que trabajador. Por lo menos Roberto Ramsauer, un periodista del Argentinisches Tageblatt, lo experimenta así cuando escribe un reportaje sobre las sociedades de colonización alemanas argentina.
Esto se nota claramente en «La Patagonia» donde había colonos con más de 60 años y solamente 11 de las 51 personas en el campo eran agricultores. El cónsul de Alemania, Otto Flohr, expresa que solamente los agricultores experimentados podrían tener éxito, y solo, si primero trabajasen en relación de dependencia para conocer las condiciones. A manos de obra no calificada no recomienda la inmigración a Argentina. Justo esto no se cumplió con «La Patagonia».
Otro problema que agravaba la situación era la escasa cantidad de plata que llevaban para empezar una nueva vida. Todas las fuentes señalan, que hace falta por lo menos 4000 pesos y el cónsul Flohr estima incluso un mínimo de 6000 pesos para poder tener una nueva vida en Argentina. En «La Patagonia» solamente tenían que pagar una entrada de 500 marcos y una participación mínima de 1000 pesos. Como referencia, 1 peso argentina valía en febrero de 1920, 25 marcos. Teniendo esto en cuenta se nota claramente, que con una participación mínima en las acciones no se pudiera mantener la sociedad.
Las cuestiones financieras no fueron el único punto de discusión. Como la sociedad estaba integrada por miembros muy heterogéneos, se formaron distintos partidos, sobre todo entre nobles y oficiales por un lado y entre pequeño-burgueses por el otro. Como consecuencia de esta disputa 10 hombres dejaron el campo y en la Patagonia quedaron alrededor de 20 personas para encargarse de la totalidad del trabajo. Pero para llevar a cabo un proyecto así hace falta confianza y tolerancia entre los colonos mismos.
Muchos de los colonos no sabían para qué se comprometían y emigraron a Argentina sin tener una idea concreta. Aunque siendo víctimas en esta tragedia, no se puede dejar de contemplar con que ingenuidad y prejuicios vinieron las personas con la esperanza de una vida mejor, que se convirtió a revés.
Pero esto no significa que los colonos no lograron nada, en comparación con el material, las herramientas y el dinero que tenían a disposición, lograron bastante. Por ejemplo, construyeron una casa con cinco habitaciones de ladrillo cocidos. Esta casa era bastante lujosa para esa época y lugar, ya que las únicas casas de ladrillo eran las estaciones del tren. Pero, aunque se esforzaran lo más que pudieran, nunca hubiera sido suficiente para lograr que la sociedad fuera un éxito, no con las condiciones previas y con la poca cantidad que gente que no eran expertos en la materia.
La dirección de la sociedad
Hay muchos componentes, como vemos arriba, que indicaron que la sociedad nunca hubiera sido viable de todos modos y muchos factores se superponen. Pero esto no es una excusa para los fundadores y directores de esta empresa que actuaron de mala fe y solo les interesaba su propio bienestar, sin tener consideración por los demás, como veremos adelante.
La propaganda hecha por «La Patagonia» que incluía muchos expertos como Alfredo Schmidt y Dr. Restelli, el emprendimiento prometía ser un éxito seguro. Pero lo que hay que tener en cuenta es, que desde la Reichswanderungsamt (Secretaría Imperial para la Migración) ya hubo algunas advertencias en torno a los «Sociedades de emigración» o Cooperativas de colonos» porque los directores no tenían conocimientos en la materia o su capital era insuficiente. Lo que contribuye a este pensamiento es, que hasta ese entonces ninguna de las sociedades cooperativas fundadas en Alemania o Austria tuvo éxito. Algo que ignoraban mencionar los fundadores de esta sociedad.
Otras causas que contribuyeron y también valían para «La Patagonia», era que el director de la empresa no tuvo conocimientos del país donde se iba a instalar. Antes de ser el director de la sociedad, el Señor Fuhrmann, trabajaba como granjero y explorador en el norte de África, lo que confirma que no era la persona indicada, ya que no tenía la experiencia necesaria, ni el conocimiento de la agrícola argentina.
Esto también se nota en la ubicación del campo que quedaba a 40 km de la próxima estación de trenes, algunos informes ubican incluso la estación a 52 km de distancia. El transporte de los bienes necesarios hasta la estación no era tarea fácil y Paul Fiedrich Heinze confirma en un reportaje en el Argentinisches Tageblatt que «La Patagonia» se encontraba demasiado lejos de las vías de transporte.
Lo que además engañaba a los colonos fue la propaganda hecha por la sociedad, donde prometía cosas que eran imposibles de cumplir, como la ayuda del gobierno argentino o expectativas de ganancias demasiado elevadas. Así, por ejemplo, se hizo la promesa de 15.000 marcos invertidos se recibiría después de seis meses 6000 pesos, algo totalmente irreal, ya que los 6000 pesos equivaldrían a aproximadamente 100.000 marcos.
Un error que cometieron muchas sociedades, «La Patagonia» incluida, era que las denominaciones de las acciones eran demasiado bajas, sobre todo si se considera que las acciones fueron pagadas en marcos, pero sin tener en cuenta la devaluación de estas. Para financiar una sociedad no basta de tener algunos miles de marcos y la Reichswanderungsamt (Secretaría Imperial para la Migración) dice que reunir la cantidad de capital suficiente es casi imposible en Argentina, igual que en Alemania, donde existe la dificultad de las condiciones del tipo de cambio de la divisa alemana (Valutaverhaltnis).
Todas estas causas son fallas del directorio que no se preparó bien y dejó varias cuestiones importantes sin contemplar. Pero todos estos errores no son nada en comparación con las intenciones fraudulentas de los fundadores, sobre todo de Arnulf Fuhrmann. Ya la Reichswanderungsamt (Secretaría Imperial para la Migración) advirtió que muchos fundadores tenían un interés especial, como tener un puesto fijo con un ingreso asegurado o un pasaje gratis a costa de los miembros. Esto se demuestra perfectamente aquí. Los sueldos de los directores, del gerente en Alemania y de los demás directivos y de las oficinas sumaron en su totalidad más, que en algunos momentos era el capital completo de la sociedad.
El aspecto de ganar dinero a costa de los demás miembros de la sociedad juega un rol importante en este caso. La Deutsche La Plata Zeitung escribe que Arnulf Fuhrmann compró con la comisión de la sociedad una estancia de 1200 hectáreas, pero no para la sociedad, sino para su socio Kohler, un miembro del Directorio.
Los colonos no sabían de esto y confiaban sus ahorros y esperanzas al primer director de la sociedad. En una carta Curt Apel, un afectado, escribe una carta al Reichswanderungsamt de como es el estado de las instalaciones de «La Patagonia». Ahí dice que al 10 de febrero de1920 no había una estancia ejemplar como lo han prometido, sino solamente cinco ranchos de indios sin mobiliarios. Debido a la falta de plata hubo épocas con escasez de comida y las herramientas no eran suficientes. Incluso acusa al primer director de haber cometido errores financieros, lo que más adelante resultó ser no sólo una acusación.
Por esto y otras quejas hubo en julio de 1920 una advertencia contra «La Patagonia», en especial contra Arnulf Fuhrmann, por el manejo fraudulento de los bienes de los colonos y que la fiscalía tuvo que intervenir. En la Deutsche La Plata Zeitung lo acusan de no haber mandado facturas originales, por lo cual no se podía controlar si los precios pagados fueron realmente adecuados o si se ha pagada demasiado por los bienes.
Más adelante se descubrió que declararon bienes como embarcados, que nunca llegaron al campo. Para los gastos calcularon 30%, en vez de los 10% habituales. Incluso hubo una oferta de 7,5% por oferta, compra y envío que fue negado por Georg Leunert, quien manejaba los negocios en Alemania . Por eso intervino la fiscalía también en contra Georg Leunert por fraude . También se supo que para una cena y propagada gastó 80.000 marcos, sin pensar en la situación precaria de los colonos.
La consecuencia de esto fue que el 13 de agosto de1920, Arnulf Fuhrmann renunció a su cargo y dejó la Sociedad y sus miembros por si solos, para que arreglen la situación y eviten la liquidación si se pudiera.
Desenlace del fracaso
Después de haber contemplado todas las razones para que no fuera posible que «La Patagonia» siguiera existiendo, hay que ver ahora como se desarrollaban concretamente los hechos que llevaban al fracaso de la sociedad. En el caso de «La Patagonia» se puede seguir el hundimiento con bastante claridad, porque los dos diarios alemanes en Argentina, Deutsche La Plata Zeitung y Argentinische Tageblatt reportaron con gran interés y muchos detalles los últimos momentos de la sociedad.
Los diarios empezaron a prestar especial atención a «La Patagonia» a partir de agosto de 1920, cuando varias personas, recién llegadas desde Alemania quisieron integrarse a la sociedad, escucharon rumores de insolvencia. Cuando el diario investigó salió a la luz que ya había disputas y rupturas entre los colonos, por lo que una parte había dejado el campo junto con Strauch, por lo que Arnulf Fuhrmann quedó por lo pronto como único director de la sociedad. Y todo esto sucedió dentro de los primeros meses desde la fundación de la sociedad. Aunque esto era conocido por los diarios, se callaban hasta este entonces para no dañar aún más la reputación de la empresa con la esperanza que se pudiera salvar.
Los fundadores se defendieron contra las acusaciones hechas por el diario. Como reacción a esto, la Deutsche La Plata Zeitung redactó en su entrega del 11de agosto de 1920 una serie de preguntas, para demostrar el fraude y ver como los directivos se iban a defender. La respuesta llegó rápido, admitiendo algunos errores como describir la sociedad demasiado positiva. Otras preguntas no fueron respondidas de manera clara y precisa, como por ejemplo porque no han mandado facturas originales desde Alemania para comprobar si los precios pagados fueran correctos. También faltaban comprobantes para revisar si todas las respuestas son contestadas de manera fehaciente.
El diario dio a Arnulf Fuhrmann otra oportunidad para justificarse. Esto es llevado a cabo en una carta en al Argentinische Tageblatt del 15 de agosto de1920, donde acusa al reportero del diario de ser incompetente y de que transmitiera informaciones incorrectas, pero sin poder desmentir las acusaciones hechas de manera clara y creíble. La consecuencia de esto fue la renuncia de Arnulf Fuhrmann como director de «La Patagonia». Como nuevos directores se nombra a los señores Alfred Schmidt y Albert Kopfmann, miembros del Directorio, hasta una nueva asamblea general el 5 de septiembre de1920.
15 días más tarde llegaron rumores al Argentinische Tageblatt sobre una liquidación de la sociedad. Algo, que puede causar serios problemas para los colonos. El activo consta con 53.000 pesos y el pasivo con 52.000 pesos con un superávit de 1.000 pesos. Por lo menos así figura en los libros. La verdad es que hubo pretensiones económicas por parte del directivo por 23.000 pesos, igual que otras deudas. Por eso la preocupación de los colonos, ya que según el estatuto no son acreedores, sino deudores y por ende responsable por la indemnización de sus acreedores.
Esto lleva que los colonos estaban sin nada en el campo, en una situación desesperante, alejados de otros compatriotas que pudieron ayudar ya que no tenían conocimientos ni del país ni del lenguaje. En septiembre de 1920 quedan todavía 14 personas en el campo, que trabajan la tierra, pero sin muchas posibilidades de éxito, debido a la falta de riego.
Mientras tanto se discutía si se declaraba la quiebra o la liquidación, optando después por la liquidación, porque así esperaban que por lo menos los colonos no tuvieran que efectuar un pago posterior. Al mismo tiempo de declarar la quiebra en una asamblea general.
Para poder ayudar a los colonos sobrevivir, ya que éstos estaban totalmente solos y sin nada, los diarios alemanes en Argentina pidieron que los demás compatriotas donen algo. Así fueron recaudados 311 pesos en una fiesta y 290,50 pesos en otra. Bastante poco si se tiene en cuenta la situación precaria y las demandas de los colonos.
Lo que se recomendaba era no vivir de donaciones, porque no alcanzarían para poder llevar adelante un proyecto de colonización. Lo mejor hubiese sido que los colonos restantes aprendieran el castellano y las costumbres del país. Si tuvieran un oficio fácilmente hubieran conseguido un trabajo, pero también las manos no calificadas hubieran encontrado un puesto. Pero no se sabe exactamente lo que ha pasado con los colonos. Los diarios de habla alemana dejaron la temática, cuando la sociedad se disolvió, pero igualmente quedó en la memoria de muchos alemanes de la época la impresión del fracaso y se tomaba como ejemplo de cómo no se debían hacer las cosas.
Las preguntas que quedan para resolver son el destino de los colonos y el destino del Primer Director Arnulf Fuhrmann y si ese Arnulf Fuhrmann es el mismo que vivía en Salto, Uruguay, que fundó ahí el Centro Cultural Germano – Uruguayo que más adelante se convirtió en un centro Nazi.
Rottwinkel Desiree
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fuente: Rottwinkel Desiree (2013). La Patagonia: un proyecto de colonización alemana y las causas de su fracaso. XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.
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