¿Sabías que entre 1916 y 1918 el Departamento de General Roca (en el que aún se encuentra Allen) pasó a formar parte de la Gobernación de Neuquén?
Según Juan Mario Raone, “el Presidente de la Nación, Dr. Victorino de la Plaza tenía el proyecto de crear tres nuevos territorios nacionales patagónicos: Los Lagos, San Martín y Patagonia, con capitales en Bariloche, Esquel y Comodoro Rivadavia, para lo cual preparaba el proyecto a enviar al Congreso. Como un adelanto, dictó un decreto el 29 de abril de 1.916, disponiendo en el artículo 1º: Los Departamentos de «General Roca» y «El Cuy» del Territorio Nacional del Río Negro, pasarán a depender del Neuquén, a cuyo territorio serán anexados en su forma actual y con los límites conferidos por el Decreto de Octubre 20 de 1915, salvo las modificaciones que puedan introducir en esta disposición el Congreso Nacional a quién se dará cuenta de la presente medida en el próximo período parlamentario”.
Todo comenzó a organizarse: Los Juzgados de Paz, las Comisarías y las Comisiones de fomento pasaron a depender del Gobernador de Neuquén, Eduardo Elordi.
Así fue que fuimos neuquinos entre 1916 y 1918 pues entre los pueblos que se encontraban en esos departamentos estaba Allen.
El crecimiento de la población de estos departamentos era muy importante; en los años ‘20, Allen llegó a superar en población a Gral. Roca y a Cipolletti, con 4001 habitantes contra 3291 y 1558, respectivamente. Por esto las autoridades consideraron que la distancia que existía entre la región y Viedma, como cabeza de la Gobernación de los territorios de Río Negro, perjudicaba el buen funcionamiento administrativo y judicial.
Sin embargo, la decisión de tamaña medida no había sido consultada por los canales pertinentes…
Según Hector Peréz Mornado, fue el Gobierno neuquino quien, a través de su Gobernador Carlos Elordi, hizo las gestiones para que Allen y Roca pasen a territorio neuquino. En Río Negro estaba Carlos Evart (h) como gobernador interino. En una carta del 21 de enero de 1917 al Ministro del Interior de la Nación, Ramón Gomez, el Gobernador Elordi señala que en su territorio funcionan municipalidades electivas, entre las que destaca a Allen y pide agua potable para proveer al Hospital que se comenzó en Allen a construir en 1914 (y que luego de varias cuestiones, se concluyó en 1925).
Llama la atención esta solicitud pensando en el enojo que produjo al los neuquinos y que fue expresada por su Gobernador, Angel Edelman en 1912, cuando enteran de la decisión que se tomó el gobierno nacional de ubicar el Hospital en Allen (a pesar de la promesa del senador Alejandro Sorondo (tío de Patricio Piñeiro Sorondo) de establecer el Hospital en Neuquén).
Pero… ahora Allen era de Neuquén y, de alguna manera el Hospital también…
Parece que la cuestión de “ser neuquinos” estaba turbia. Viendo desde la lejanía podemos pensar que depender de Neuquén (teniendo en cuenta la distancia que hoy nos queda la Capital) era más que beneficioso.
Y así podría haberlo sido.
Pero el problema es el “cómo” mas que el “por qué” y las buenas razones de la medida.
Para hacer la anexión debían respetarse ciertos pasos y, más allá de la buena relación que tenía Patricio y sus amigos con los gobiernos anteriores a 1916, las cosas habían cambiado.
En 1916 se elije el PRIMER Gobierno democrático de Argentina (gobernaba Hipolito Yrigoyen) y podremos comprender que los nuevos sectores sociales, que pujaron para ley de la democracia, intentaban que los antiguos sectores gobernantes (una oligarquía que realizaba fraude electoral y repartía el poder entre sus miembros) cumplan con las leyes de la nueva administración, dejando de lado las las viejas prácticas de “patrón de estancia” propias de aquel sector tradicionalmente conservador y autoritario.
Para ser neuquinos se necesitaba tener el decreto del Congreso para, finalmente, hacer realidad el traspaso. Ningún decreto ni proyecto de ley se puede hacer efectivo si el Congreso no lo ratifica, además se intentaba modificar una ley Nacional (Ley de Territorios Nacionales 1532 de 1884).
Según Raone, el informe enviado el 17 de mayo al Ministro del Interior por el Juez Letrado de Neuquén, Dr. Enrique N. Zinny, planteó el caso a la Cámara de Apelaciones de La Plata, de la que dependía. Aseguraba Zinny que no podía hacerse cargo de los hechos criminales del los departamentos anexados pues no existía sanción legislativa. El Juez neuquino decidió no aceptar los juicios rionegrinos a pesar de que Elordi insistía que la anexión permitía “una justicia más rápida y económica”.
Más allá de la anécdota que puede llevar a suspirar y pensar en los beneficios que la anexión hubiera significado, la realidad es que debemos pensar en el contexto.
Por un lado, la difícil tarea que era lograr que estos nuevos territorios comprendieran que debían regirse por leyes (la que la mayoría de las veces el poder de policía se centraba en reprimir a los sectores mas vulnerables y “olvidar”, o hacer la vista gorda hacia los sectores propietarios).
Por otro, las dificultades que existían por la variada cantidad de intereses económicos de una oligarquía porteña (y sus representantes locales) que se benefició con muchas tierras justamente salteando leyes nacionales.
En definitiva, llevar a cabo una anexión debía seguir la ley, algo a lo que parece que ciertos sectores no estaban acostumbrados. Ademas, dichos intereses ahora tenían, hacia 1916, otros que se les oponían.
En el Acta N°1 de constitución del Concejo Municipal de Allen estaba el Gobernador Elordi. Ya eramos neuquinos aunque ninguna norma aún lo autorizara pero la acción, autónoma y apresurada, era propia de aquellos grupos acostumbrados a tener el poder, soslayando, incluso al Congreso de la Nación.
Neuquén quería el Hospital en su territorio y, aunque la decisión de establecer el Hospital en Allen ya se había tomado en 1910 por gestiones de Patricio Piñeiro Sorondo, este traspaso de Allen a Neuquén pudo ser una nueva maniobra para lograrlo.
Patricio Piñeiro Sorondo tenía muy buenas relaciones con Neuquén, en espacial con Elordi, que era su amigo. Además, porque el tío de Patricio, Alejandro Sorondo era dueño de muchas tierra neuquinas .
Finalmente, la historia de cuando fuimos neuquinos terminó pronto, en 1918. Según Perez Morando no existe documento que así lo acredite, tampoco aparece en el Boletin Oficial de 1918.
Queda la anécdota y las actas que dan cuenta de esos tiempos, cuando había muchos intereses que la historia oficial no da cuenta pues sería opacar el brillo de muchos personajes con modos de hacer política que aún se ocultan a los ojos del ciudadano común.
Queda solo el rompecabezas de las conexiones, muy difíciles de dilucidar pero que la historia no debe abandonar pues en ello está la posbilidad de comprender y reflexionar el pasado a la luz del presente… en camino al futuro.
No por nada una de las piezas de este rompecabezas, Abel Chaneton, decía:
“Desde estas columnas hemos combatido con patrióticas intenciones y fundados en el interés de los argentinos, cierta tendencia localista y absorbente exteriorizada por el elemento dirigente de la Colonia Roca, que a cada paso y en todos los actos se revela en perjuicio de los intereses de esta localidad y del resto del territorio. Hemos respondido a esa campaña de desprestigio con toda altura de miras y hasta hemos llegado, con nuestro silencio, a tolerar que se mistifique a la opinión pública presentando a la Colonia Roca como el super modelo en ese sentido o un nuevo Eldorado, cuya capital Manon o Allen nos harta con sus esplendideces” (“Neuquén” de Abel Chaneton, 1912).
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fuente: Proyecto Allen – Graciela Vega · 25 septiembre, 2013 – Título original: Cuando fuimos neuquinos…
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