La muerte del Ingeniero Plottier – La sublevación del Neuquén.
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La inaudita sublevación y fuga de los presos en el Neuquén, que es una nota roja en la tranquila vida de aquel adelantado territorio, ha tenido su episodio más doloroso en la muerte del Ing. Adolfo Plottier, uno de los más fuertes hacendados de la región.
Como una dependencia de la estancia principal de los Hermanos Plottier, y en el borde del camino, hay un almacén, llamado de Los Canales, y de allí solicitó socorro el almacenero, porque decía que cinco forajidos amenazaban asaltarlos.
Los Hnos. Plottier, Alberto y Adolfo, acompañados de dos peones, armados con revólver, acudieron al llamado, sin imaginar las proporciones de la sublevación y el número de bandidos escapados. Cuando llegaron al almacén, los cuatro penados que intentaban el asalto se atemorizaron y siguieron camino; pero en ese momento, surgiendo de una hondonada, apareció el grueso de la partida, formada como de sesenta hombres, todos armados a máuser, unos a caballo y otros en anca, y algunos a pie, y por la ventana se entabló este diálogo:
– Sigan su camino, porque nosotros no tenemos intenciones de atacarlos, pero sí defendernos- les dijo el Dr. Alberto Plottier.
En eso, se destacó del grupo un hombre joven, delgado y rubio, vestido de blusa y con sombrero de fieltro gris de anchas alas, bien montado y armado con fusil máuser, y en tono altanero y llegando hasta el alambrado, gritó:
– Deme una tijera para cortar alambrados..
– No hay en el almacén.
Ante esta respuesta, Daniel Bresler, que era el jinete que capitaneaba el grupo, gritó a su gente con imperio:
– ¡Qué hacen canallas, cobardes, que no atropellan!… A ver, ¡adelante y rodear la casa!
En la imposibilidad de resistencia, los Hnos. Plottier, que se veían perdidos, salieron por el fondo del almacén, mientras los bandidos, saltando en tropel el alambrado, a culatazos pretendían derrumbar la puerta, al tiempo que disparaban los fusiles contra la ventana.
Cuando Bresler se apercibió que los Plottier corrían hacia la casa principal, distante como unos ochocientos metros, hizo abrir sobre ellos un fuego graneado, y una bala hirió al Ing. en la región occipital, produciéndole una muerte instantánea, en tanto el doctor llegaba a la casa y llamaba a sus peones para organizar la resistencia, aunque se carecía de armas, sin saber todavía la suerte de su hermano, que creía escondido al resguardo de un médano, donde lo había visto detenerse.
Los bandidos, en tanto, abrieron a culatazos un boquete en la puerta del almacén, y como Bresler diera orden a uno de penetrar y éste se resistiera, lo mató allí mismo, e igual cosa con otro compañero que desobedeció una orden igual.
Por fin, dentro del almacén saquearon todo, pero felizmente no penetraron en una pequeña pieza contigua al despacho, donde se había refugiado el almacenero con la señora, dos niñitas y los peones que no habían tenido tiempo de escapar, pensando, sin duda, que se habían alejado de las casas con los Plottier. Daniel Bresler pertenece a una buena familia Boer, hacendados en la región de los lagos, y estaba preso por cuatrería.
Artículo publicado por la revista «Caras y Caretas» – N° 922 – del 3 de junio de 1916.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fuente: Revista «Caras y Caretas» – N° 922 – del 3 de junio de 1916 – Página 57
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