Desde 1819 a 1832, el Alto Neuquén fue escenario de las correrías de los famosos hermanos Pincheira quienes se proclamaban “defensores del rey de España” y en su nombre, cometían toda suerte de atropellos, asaltos, robos y crímenes en los indefensos y asustados pueblos del sur de Chile, refugiándose en sus guaridas del desconocido e inaccesible Norte del Neuquén. Los campos de Las Lagunas Epu Lafquen, les servían de pastaje de las haciendas robadas en los malones a los estancieros bonaerenses; aquí eran engordados antes de pasarlos a Chile; en las profundas risquerías inaccesibles de Butalón, verdaderos castillos naturales, tenían sus escondites seguros y mantenías sus ranchos y haciendas de invernada. El valle de Los Bolillos, junto al río Varvarco y la desembocadura del arroyo Atreuco, era su “estancia” y principal campamento. Mientras los varones, Antonio, Santos, Pablo y José Antonio, cometían sus tropelías en Chile, las hermanas Teresa y Rosario gobernaban el campamento de Los Bolillos donde mantenían más de 300 mujeres cautivas traídas de los pueblos chilenos arrasados obligándolas a convivir con los guardias armados, soldados en descanso, peones, caciques y capitanejos de la banda.
La cautiva más famosa que llegó a estos campos del Norte Neuquino fue Clara, la hija del asesinado Gobernador Dionisio Sotomayor en 1823, junto a otras bellas jóvenes mujeres de la alta sociedad de Linares. La mayoría de estas cautivas tuvieron la triste suerte de terminar como esclavas de los desenfrenos de la soldadesca y obligadas a realizar tareas de pastoreo y cuidados de las haciendas. El coraje de Clara demostrado en la defensa de Linares y tratando de impedir que asesinaran a su padre, le brindó un merecido sitial de respeto entre las cautivas al llegar al campamento de Los Bolillos. En esta dura vida, Clara supo aceptar su nueva condición y entre ellas, la unión matrimonial forzada con el bandolero Zapata, uno de los asesinos de su padre. Con el paso del tiempo, la soledad y la paz de la cárcel de Los Bolillos se fue transformando en un enamoramiento mutuo y muy fuerte entre Clara y Zapata, convirtiendo la prisión en un hogar lleno de amor sincero. Cuentan las crónicas que a la caída del sol y a veces al amanecer, se podía encontrar a Clara y su enamorado Zapata discurriendo abrazados entre las extrañas figuras de piedra de Los Bolillos.
En 1827 se produce desde Chile la campaña militar de Beauchef contra los Pincheira cayendo las fuerzas de sorpresa en el campamento. Zapata y Clara se ponen a disposición de las tropas chilenas dominando a Teresa y Rosario e impidiendo que se armen los guardias pincheiranos, aunque logran huir a caballo a sus “malales” de Butalón y Raja Palos y luego al Atuel. Las hermanas Pincheira son entregadas a Beauchef quien las manda por el paso de Las Lagunas a Chillán donde son juzgadas en la plaza pública y condenadas. Las cautivas liberadas, luego del incendio de todas las edificaciones, son llevadas por las tropas de Beauchef quien avanza por el actual Departamento Minas despoblándolo totalmente, quemando y arrasando hasta los cimientos de los ranchos y guaridas de Butalón.
Toda esta procesión de indios, cristianos y cautivas, en un número aproximado a las 3000 personas, son obligadas a un éxodo forzado y llevadas “de arreo” por el paso Pichachén, con el fin de repoblar el destruido pueblo de Antuco. En una parada de las tropas en Guañacos, Clara logra convencer a Beauchef para que perdone al guerrillero arrepentido y les permita regresar a los campos de Los Bolillos. Allí, solos los dos en toda la inmensa extensión del Alto Neuquén organizan su hogar reconstruido de entre las ruinas y cenizas.
En 1832, cuando el general Bulnes derrota definitivamente las tropas de los Pincheira en Las Lagunas en “la última batalla de la Independencia americana”, conocedor de esta pasión romántica que ya era fama y mito popular en Chile, se hace una escapada al valle de Los Bolillos a conocer a Clara y Zapata. Luego de hablar con los enamorados, dio órdenes a las tropas de que no los molestaran y los dejaran hacer su vida allí brindándoles su protección. La historia no cuenta mucho más de estos enamorados; sólo recuerda que murieron muy ancianos, casi a la vez y fueron enterrados junto a sus queridas figuras de piedra. Cuentan que en las bellas y serenas tardes del verano, algunos comentan haber visto una extraña y silenciosa pareja pasearse entre Los Bolillos. Dicen que son los espíritus, aún más fuertemente enamorados, de la cautiva y el guerrillero.
Nota:
El 26 de abril de 1823 la Villa de Linares (Chile), es asaltada por la banda de los hermanos Pincheira y sus montoneros, quienes saquean, secuestran y matan sin piedad. El Gobernador Dionisio Sotomayor defendió la plaza, resistiendo valerosamente con las escasas fuerzas militares disponibles. Se parapetó en el Edificio de la Gobernación, pero finalmente fue reducido, tomado prisionero y luego degollado junto a destacados vecinos, mientras la montonera continuaba saqueando la Villa y raptando a las mujeres.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Extraído del libro Malal Meulen – La querencia del Viento – de Isidro Belver – Se lo puede descargar desde AQUÍ.
Bibliografía que hace mención a la historia de Clara Sotomayor
– Los Pincheira, de Magdalena Petit
– Jinetes rebeldes historia del bandolerismo social en la Argentina, de Hugo Chumbita
– Historia de la Patagonia, de Susana Bandieri.
Listado de los hijos del Gobernador Dionisio Sotomayor
Dionisio Sotomayor Ibañez
Juan Felix Sotomayor Elzo
Juana De la Cruz Sotomayor Ibañez
Dionisia Sotomayor Ibañez
Rosa Sotomayor Ibáñez
María Sotomayor Ibáñez
Clara Sotomayor Ibáñez
¿Te gusta la historia neuquina? ¿Tenés algo que contar o compartir y querés colaborar con Más Neuquén? Entonces hacé Click Aquí
También podés ayudarnos compartiendo este artículo en las redes sociales.