Dicen que cuando el autor de “La Pasto Verde”, Marcelo Berbel habla sobre la venganza de doña Carmen Funes, seguramente se debe referir a que jamás se mencionó su nombre como la responsable del descubrimiento de petróleo en Plaza Huincul.
Yo estoy segura que la afirmación de Don Marcelo va mucho más allá…. no solo no se reconoció su aporte al descubrimiento del petróleo en Plaza Huincul, se le ha negado concientemente durante décadas el hecho de ser la primera pobladora de Plaza Huincul, se ha tergiversado su historia … una historia cuya negación tiene mucho de vergüenza ajena…
Los pobladores de Cutral Có y Plaza Huincul nunca la olvidamos, ella permanece siempre en el recuerdo de aquellos que aún vivos hacen memoria y se abren a la verdad…
No es muy dificil reconstruir la historia de esta mujer, ya que internet está plagado de datos, muchos erróneos. El problema es, entonces, acceder a la historia “no oficial”, el relato englobado por el mito, la poesía y la memoria, muchas veces doloroso o no conveniente. Es la historia de “los nadie” como nos describe tan acertadamente Eduardo Galeano.
Cuando yo era niña los domingos “visitabamos” el cementerio. A la salida del mismo, mi papá nunca olvidó visitar la tumba de la Pasto Verde. Preguntar por esa mujer fue algo que no se me paso por alto: ¿porque la tumba no estaba en el cementerio?, ¿quien era?, ¿como era?….
Todo tenía una respuesta, porque mis abuelos la conocieron y porque mi papá y mis tías mayores no olvidaron los relatos de sus padres.
A través de los años, uno aprende muchas cosas, entre otras que hay que saber escuchar y aprender a callar, porque el relato oficial tiene mucha fuerza, la fuerza de los que situados en un lugar de privilegio dentro de la sociedad no admiten que otro pueda tener algo para aportar o aclarar.
Muchos me decían: “no, no, la Pasto verde murió en 1916″…. “no no la película Pozo Nº1 tiene justamente ese error”….”no,no, esa era una amiga loca de la Pasto Verde”……”no, no la pueden haber conocido….imposible”……
Según el Censo Nacional de 1895 (Departamento 5 – Neuquen – Argentina), Doña Carmen Funes había nacido en Mendoza, tenía 33 años, era puestera, soltera y sabía leer y escribir.
Según mi familia Carmen Funes “La Pasto Verde” fue una puestera venida a fortinera por cuestiones que en aquellos años eran corrientes: tener vigilados los territorios conquistados a los indios. Era común ver pasar soldados del ejercito por su puesto y recabar información. Había incluso un asentamiento de la familia Namuncurá en San Ignacio.
Cuando mis abuelos la conocieron tenía unos 50 años y su vida fue tal como lo registra Don Felix San Martín en su libro sobre el Neuquén. A más de eso tengo que agregar que era una mujer alta, de ojos entre verdes y claros, vestía como hombre, llevaba siempre su cuchillo en la cintura, y en muchas oportunidades su actitud solidaria y su cobijo fue un paraíso en medio del desierto para los hombres y mujeres del Equipo Patria.
YPF nunca reconoció sus servicios. YPF es creada en 1922, los hombres que trabajaron en el equipo Patria pertenecían a la “Dirección de Minas y Explotación de Petróleo” y todo el personal existente paso a YPF. Igualmente la ingratitud fue mayúscula ya que en 1919, Carmen Funes vivía aún, según un Decreto del Poder Ejecutivo Nacional se crea el “octógono fiscal”, reserva asignada de más 7.500 Hectáreas, tomando como punto central el Pozo Nº1, entre 5 y 8 Km de radio. En consecuencia varios grupos humanos que habían comenzado a llegar en busca de trabajo en las distintas companias petroleras que explotaban el petróleo en la zona (Astra, Standar Oil, por ejemplo) fueron desalojados, incluida sin ningún miramiento Doña Carmen Funes.
Por supuesto que con Doña Carmen no fue fácil, ya hacía tiempo que la simpatía primera se había terminado. Los trabajos de perforación habían secado definitivamente una pequeña vertiente de agua, sus animales habían muerto, y era imposible cazar una martineta kilómetros a la redonda….Fue tal el empeño que puso en permanecer en su puesto, que las autoridades empezaron a hablar de “la loca del puesto”. Vivió sola y murió sola alrededor de 1920/21. Mi abuela entregó uno de sus vestidos para enterrarla, cerquita de su puesto. Cuando se construyó el cementerio un grupo de mujeres quizo trasladar sus restos pero el “curita” de turno se negó.
Los años desgastaron las piedras de su tumba, el adobe del puesto no resistió mucho. En 1960 Don Berbel junto a un grupo de hombres mandaron a hacer en los talleres de YPF, donde trabajaba mi papá unas rejas y un encadenado para proteger el lugar donde estaba la tumba.
El músico Marcelo Berbel, autor de la zamba con la que homenajeó e inmortalizó a esta mujer, dice: “No es la primera vez que piso este lugar porque me crié aquí. Pero hay que recordar que la tumba donde ella descansa fue hecha por los hermanos Miguel y Toribio Otaño y yo”.
El resultado de estos descuidos fue que el aluvión de 1975 borró completamente su tumba, como así tantas del cementerio local.
El mito que la menciona como fundadora de Caruhé, Puan, Trenque Lauquen no se ajusta a la realidad histórica. Tampoco que haya participado en la Guerra del Paraguay (1864/1870). Y tampoco llegó al Neuquén acompañando la 4ta División al mando del Teniente Coronel Napoleón Uriburu en la Campaña al Desierto (1878), que por cierto fue la que más sangre derramó en dicha cruzada que no tuvo nada de civilizadora.
Fuente: Viviana Potenzoni – Blog “apellidopotenzoni.blogspot.com.ar” – 27 de enero de 2013