Luis Candelaria partió de Zapala el 13 de abril de 1918. La nieve complicó los planes esa jornada pero el teniente no quiso saber nada de postergar la salida.
“Búsquenme en la cordillera”, le dijo al mecánico Miguel Soriano antes de levantar vuelo.
“Llevaba los tanques cargados para cuatro horas de vuelo (130 litros de nafta y 36 litros de aceite de ricino)” y, además, “el famoso mapa de Ludwig, un buen barógrafo registrador en marcha con su cinta barográfica y un pequeño botiquín.
Frente al asiento: reloj contador de revoluciones, altímetro y brújula”.
No tuvo termómetro”, recordó el historiador Héctor Pérez Morando, en un informe sobre el viaje
El vuelo demandó dos horas y media donde los módicos 80 HP del impulsor del monoplano de origen francés soportaron los vientos cordilleranos y lo elevaron hasta los 4.000 metros de altitud.
El aterrizaje fue accidentado.
El avión se dio vuelta en el descenso pero Candelaria salió apenas con algunos raspones y un herida en la rodilla derecha.
Los primeros en llegar fueron un carabinero y un misionero que le contaron que estaba en Cunco.
Había cumplido su meta.
De regreso, fue recibido como un héroe y recibió condecoraciones militares.
Falleció en Tucumán pero sus restos, como había pedido, descansan en el cementerio zapalino.
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Fuente: Diario Río Negro – 15 abril del 2016
¿Te gusta la historia neuquina? ¿Tenés algo que contar o compartir y querés colaborar con Más Neuquén? Entonces hacé Click Aquí
También podés ayudarnos compartiendo este artículo en las redes sociales.