«Don Amaranto», como le llamaban sus vecinos, llegó a Argentina proveniente del Uruguay siendo un adolescente. Nació en la localidad de San José el 7 de noviembre de 1889. De familia humilde y numerosa, tenía 14 hermanos, los cuales, a medida que fueron creciendo deciden buscar nuevos horizontes.
Llega a Buenos Aires con 14 años. Se inscribió en la Escuela de Mecánica y choferes de Parque Centenario, y se lanzó así de lleno a su pasión por la mecánica y los automóviles. Allí se convirtió en un hábil mecánico y un eximio conductor.
Al cumplir la mayoría de edad, obtuvo la ciudadanía Argentina.
A esa Institución, formadora de mecánicos y chóferes, se dirigían los gobernadores de los Territorios en busca de chóferes. Allí concurrió por 1911 el gobernador del Chubut, Ruiz Guiñazú, y al recibir referencias favorables de este jovencito resuelve contratarlo, dando inició a sus andanzas por la Patagonia.
Pionero del transporte de pasajeros
Un año más tarde Don Amaranto Suárez se había instalado en la ciudad de Neuquén, como chofer oficial, conductor de uno de los automóviles (Mercedes) de la gobernación a cargo en ese entonces de Eduardo Elordi, quien había creado la primera línea de transportes de pasajeros del gobierno. Comenzó conduciendo los vehículos que realizaban la línea Neuquén-Bariloche, pionero en la unión de estos dos destinos geográficos (1912).
Se establecieron servicios al interior, Nahuel Huapí, Zapala, Las Lajas, Junín y San Martín de los Andes.
Entre los visitantes oficiales quienes viajaron acompañados por el Gobernador condujo al Presidente de EEUU Teodoro Roosevelt, y al Perito Francisco Moreno en su último viaje a tierras neuquinas.
Teodoro Roosevelt visitaba en 1913 a la familia de Jarred. A. Jones de Bariloche, estos tenían campos y almacén de Ramos Generales en la zona del Nahuel Huapí donde nace el Río Limay del lado neuquino Jones fue quien trajo a esa zona los primeros autos Ford T (1914).
En 1915 se establece en la capital neuquina la Empresa de Automóviles «LA VELOZ» de propiedad de Amaranto Suárez en sociedad con Jones, bajo el lema «Viajes a cualquier punto de los Territorios Nacionales» realizaba transportes de pasajeros. Esta empresa llegó a cubrir en sus viajes, el tramo Neuquén-San Carlos de Bariloche, San Martín de los Andes y Chile.
Hasta el año 1920-1921 aproximadamente, condujo los automóviles de su propia empresa, muy reconocida en toda la región, transportando pasajeros de todo el país y el extranjero hacia los Parques Nacionales, entre otros a periodistas del Diario La Prensa, al famoso tenor italiano Enrique Caruso, a políticos, científicos y estudiosos.
También se movilizaban en su transporte los gobernadores del territorio y funcionarios nacionales que visitaban la zona.
Esta actividad le permitió a Don Amaranto relacionarse con personalidades destacadas en esos tiempos, siendo visitado en su casa entre otros por la Dra. Alicia Moreau de Justo, el constitucionalista Carlos Sánchez Viamonte, y el que fuera Ministro de Agricultura de la Nación, Tomás Lébreton.
Era toda una proeza largarse por esos caminos, con balsas precarias, de grandes arenales y huellas desdibujadas por el viento o por la nieve.
En su transporte llevaba un arsenal de herramientas, picos, palas, barretas, cadenas etc., para abrir camino si era necesario.
Con visión progresista, intentó unir Neuquén con la zona de los Lagos a través de embarcaciones que navegaran el río Limay, y por medio de líneas aéreas, para crear un gran movimiento turístico.
El primer avión en la ciudad de Neuquén
Si bien la primera manifestación aeronáutica en el Territorio del Neuquén fue el cruce de la Cordillera de los Andes desde Zapala a Cunco, Chile, el 13 de abril de 1918 por el Teniente Luis. C. Candelaria piloteando un monoplano Morane Saunier modelo Parasol con motor Rhone de 80 hp, debemos recrear un acontecimiento que se ha perdido en el tiempo y es que en 1921, cuando el piloto francés Rene Menard de la «Aviatión Militaire» veterano de la Primera Guerra Mundial es contratado por Don Amaranto Suárez para volar en Neuquén con su máquina Caudron G3 de 100 hp, biplano de extraña formación , que era una pequeña carlinga descubierta, de madera de fresno y tela, que en su proa alojaba el motor, depósito de aceite y combustible con dos asientos.
Este aviador francés junto a su esposa, llegan a Neuquén traído por el visionario Amaranto, que soñaba con habilitar una línea aérea hasta Baríloche.
Se emparejaron varios terrenos en Neuquén, el avión efectuó vuelos el 23 de enero de 1921 pero los fuertes vientos que superaban la potencia de la máquina causaron desperfectos en el avión. Se hicieron varios vuelos de recreo ante el asombro de pobladores que veían por primera vez un aeroplano, pero sin repuestos para su acondicionamiento se decide enviar el avión por ferrocarril a Buenos Aires. El aviador Menard y su esposa regresan a la Capital Federal por el mismo medio.
El partido socialista
Fue él quien fundó en la ciudad de Neuquén el Partido Socialista. Formado en la escuela socialista de Alfredo Palacios, defensor de los derechos del pueblo y de los trabajadores, en Neuquén fue visitado por personajes del Partido, entre otros por el mismo Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo.
Su actividad política lo llevó a ocupar el cargo de concejal, llegando a ser Presidente del Concejo Municipal (el equivalente a Intendente).
Presidente del concejo municipal
En 1925 es designado Comisionado por decreto del Poder Ejecutivo Nacional. Una mención especial merece la destacada actuación que le cupo como Presidente del Honorable Concejo Municipal, elegido por voluntad popular. Representando al Partido Socialista actuó como Presidente del Concejo desde el 1 de Mayo de 1934 hasta el 1 de Mayo de 1936, época del gobernador Pilotto, quien apoyó su gestión. Lo acompañaron como concejales, Juan Pérez Romero, José Enriquez, Antonio Carro y Adriano Bacci. Posteriormente ocupa igual cargo desde el 11 de Enero de 1957 hasta el 27 de Mayo del mismo año, en que renuncia. Durante el primer ejercicio al frente de la comuna, dictó severas medidas de saneamiento en las finanzas, amplió el servicio de agua corriente, hizo construir un tanque de cemento armado de 500.000 litros, instaló el servicio de riego por elevación mecánica, y dispuso la apertura de calles.
A su gestión se debió el primer proyecto de puente elevado sobre el paso a nivel de las actuales Avenida Argentina y Olascoaga. También gestionó el traslado de la playa de maniobras del ferrocarril, proyecto aprobado al finalizar su gestión, pero que sus sucesores dejaron sin efecto, tardándose muchos años hasta que esta playa que originaba serios problemas en el tránsito vehicular fuera trasladada a la zona de Valentina Norte.
De espíritu inquieto, su afán era resolver todos problemas a través de Ordenanzas Municipales, donde quedaron reflejadas sus preocupaciones por el bienestar de sus semejantes y de su patria adoptiva, Neuquén, ya que vivió 60 años en la zona, alentado siempre con su incansable aspiración de progreso.
Durante su gestión en la presidencia del Consejo Municipal:
– Se dicta una ordenanza sobre habilitación y funcionamiento de panaderías y pastelerías. (22- 05-1934), higiene de los locales obligación de revestimiento de azulejos en las paredes, obligación de libreta sanitaria del personal renovadas cada seis meses.
– Ordenanza sobre surtidores de nafta, lugar donde instalarlos, horarios de expendio. Sobre la base de los planos presentados se da concesión a Graciano P. De Imaz y Antonio Gula.
– Aprobación de obra para construcción de nichos en el cementerio local.
En la sesión del 12 de junio de 1934 se resuelve realizar cambios en los nombres de las calles a saber:
Río Colorado por Carlos H Rodríguez, Ñorquín por Juan Bautista Alberdi, Chos Malal por Juan B. Justo, Las Minas por Bernardino Rivadavia. En la Sesión del día 26 de junio se resuelven nuevos cambios en las denominaciones de las calles, en homenaje a los gestores y al cumplirse 50 años de la Ley de Educación Común 1420, que estableció la Educación laica gratuita y obligatoria se realizan cambios en las denominaciones de las calles:
Formosa por Manuel Láinez, propulsor de las Escuelas que llevan su nombre.
Los Andes por Onésimo Leguizamón, jurista gestor y defensor de la ley 1420 en el Congreso de la Nación.
Las Lajas por Delfín Gallo (Hoy Manuel Belgrano), jurista propulsor de la Educación popular.
Don Amaranto era socialista y como tal bregaba por la enseñanza laica y la educación popular por ello como justiciero homenaje cambió el nombre de las calles por el de estos tres personajes que se identificaban con sus ideales.
– A fin de ordenar la circulación en la ciudad se sanciona la Ordenanza de tráfico. Obligatoriedad de llevar patente visible, vehículos de tracción de sangre obligatoriedad de llevar al anochecer farol encendido en la parte delantera.
– Prohibición de atar a los animales a los árboles y postes de alumbrado.
– Apoyó el accionar cooperativista de los vecinos colaborando con la Comisión Provisoria de CALF.
– Compra de árboles para plazas y cementerio.
En la sesión del 23 de enero de 1935, se concede la instalación de la usina productora de energía y el transporte de energía a la Cooperativa de Agua Luz y fuerza de Neuquén Limitada (CALF).
Su preocupación por el progreso de la ciudad lo llevó a dictar ordenanzas sobre cercos y veredas, plazas y jardines y paseos públicos.
En su labor municipal puso de relieve sus cualidades de hombre visionario y progresista. Fue el responsable de una de las primeras ampliaciones de la red de agua corriente.
A él se debe la apertura de paso a nivel entre las Avenidas Argentina y Olascoaga, en el que había una tranquera separando el alto del bajo, la cual llegada cierta hora se cerraba. Dados los continuos reclamos ante las autoridades de Ferrocarriles para que la misma se retirara, ya que era un obstáculo para el tránsito diario, al no tenerse respuesta, Don Amaranto, resuelto ordenó que un tractor del municipio sacara del lugar la tranquera. De esta manera desaparecía el obstáculo que impedía el transito normal entre los dos sectores de la ciudad, quedando libre la comunicación entre las Avenidas Argentina y Olascoaga.
En 1957 es elegido nuevamente intendente, le tocó en ese cargo acompañar al Vicepresidente de la Nación Contralmirante Francisco Isaac Rojas al Chocón donde se construiría la Represa sobre el Río Limay.
Durante esta breve gestión como Intendente debemos destacar su actuación ante Obras Sanitarias de la Nación a fin de resolver el problema de las aguas corrientes en la Ciudad.
Don Amaranto empresario
Fue importante su actividad empresarial, Don Amaranto fue concesionario de la firma Fevre y Basset distribuidor exclusivo de los automóviles Chrysler Plymouth, Dodge y Fargo. Anexo a ello la venta de repuestos. La empresa se ubicaba en Sarmiento 250.
Administró Yacimientos Carboníferos en la explotación de carbón de las minas de Auca Mahuida y Pampa Trill, compró camiones, maquinarias y herramientas para abrir caminos de acceso y para transportar el mineral, tenía a su cargo la realización de túneles y galerías e instalación de maquinarias. Gran visionario para embarcarse en tamaña empresa en esos tiempos.
Cuando llegó el peronismo al poder, por su filiación socialista, no tuvo apoyo y se le presentaron muchos obstáculos, ello hizo que la empresa declinara y quebrara.
La vida de Amaranto en su chacra Los Nogales
Alejado de la actividad empresarial y de la política se radicó en el Barrio Villa María, donde se dedicó a la actividad agropecuaria, siendo su chacra famosa por sus nogales. Había adquirido esas tierras a Don José Fava, por consejos del Dr. Plottier, quien era su amigo y le decía «siempre un hombre debe tener su refugio en un campo agrícola».
Hoy las tierras que ocupaba la chacra de Don Amaranto han sido loteadas dando lugar a un barrio residencial «Los nogales».
En su barrio le tocó otra actuación singular: integrar las comisiones de rescate y gestionar ante los poderes públicos todo lo necesario para reconstruir el barrio, que quedó bajo el agua por la gran inundación de 1958.
A él se le debe, también, la creación de la primera comisión de Fomento del Barrio y la instalación de un «Servicio Educativo para el hogar», con talleres de labores y costura. Fue además el promotor de la Sala de Primeros Auxilios.
Otra de sus preocupaciones fue la escuela para el barrio, cuya Comisión Vecinal presidió entre 1958-1966.
La ciudad de Neuquén le debe mucho a Don Amaranto, por su espíritu emprendedor y solidario y por su amor al progreso. Esta anécdota relatada por Ileana Lascaray, lo muestra tal como fue. «…Neuquén tenía un par de antiguas torres de transmisión que entorpecían la expansión de la ciudad y que se constituía en un peligro los días de intenso viento, por su gran altura y frágil estabilidad. A riesgo de su vida, y valiéndose de su gran ingenio, trepó las torres y valiéndose de sus co-nocimientos como mecánico las desmanteló ante la asombrosa mirada de muchos vecinos, incapaces de acompañarlo en sus proezas.»
Para terminar debo decir que tres personalidades del Neuquén, tres pioneros, tres amigos, cumplían sus años en el mes de Noviembre, y de hecho muchas veces lo festejaron juntos, en la chacra Los Nogales, Don Amaranto Suárez el día 7, Ismael Nordenstrom el 15 y Don Gregorio Álvarez el 28, tres grandes que dejaron su estela en la Historia Neuquina.
Don Amaranto falleció el 30 de agosto de 1971. Murió como había vivido: con su pensamiento pendiente en esta tierra que adoptara para siempre, su querido Neuquén.
El nombre de este pionero ha quedado grabado en una calle neuquina que nace en la Avenida Olascoaga y corre hacia el este, paralela a Chocón.
Elsa Esther Bezerra
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Del libro: 100 años / 100 calles – Cien actores sociales que hicieron a la historia – de Elsa Esther Bezerra
La semblanza se basó en documentación aportada por la Srta. lleana Lascaray y los registros del Archivo Histórico de la Municipalidad de Neuquén.
Fotografías: gentileza del Sistema provincial de archivos.
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