Una noticia sensacional conmocionó a los pobladores de Neuquén al anunciarse que llegaría a ésta, el 14 de marzo de 1909, el presidente de la Nación Dr. José Figueroa Alcorta.
Por pedido expreso del primer magistrado, que no deseaba ninguna manifestación de homenaje, no se organizaron actos de demostración popular.
La visita tuvo por objeto conocer de visu estas regiones, con miras a la realización de las grandes obras de regadío que estaban en proyecto y cuya ejecución quedó decidida como resultado del viaje. En cuanto a Neuquén propiamente dicho, también recogió sus frutos de la visita presidencial, pues entre otras cosas se ordenó la aceleración de las obras del canal de riego (del Limay) encomendadas al ingeniero Fattore en 1908, de acuerdo a la manifestación que hizo aquí el presidente de que “emplearía todo el poder de su influencia para hacer el mayor bien a este territorio”.
Y un año después, el miércoles 16 de marzo de 1910, fue nuevamente nuestro huésped el doctor Figueroa Alcorta, que terminaba su mandato en octubre de ese año. Acompañábanle el ministro de obras públicas don Ezequiel Ramos Mexía y otros funcionarios y personalidades que componían la distinguida comitiva. Su estadía fue muy breve. De este lado retornaron a la vecina estación de Cípolletti, para trasladarse por «al nuevo ramal construido por el F. C. Sud a la estación Contra- almirante Cordero, en cuyo punto el primer magistrado presidió la colocación de la piedra fundamental de las obras del dique del río Neuquén, que con el embalse de la Cuenca Vidal (actual lago Pellegrini), la toma y los canales del sistema de regadío del valle superior del Río Negro, conforme al proyecto general del ingeniero César Cípolletti, son obras que sustentan el grandioso progreso de la zona y se le deben a aquel mandatario.
Fígueroa Alcorta era cuñado de Bouquet Roldán (casado con Josefa Bouquet Roldán), cuya influencia no hay duda que tuvo algo que ver en favor de estas regiones. Por lo demás, la personalidad del recordado visitante de Neuquén se acrecienta con el hecho de haber sido el único ciudadano de nuestro país que ejerció la jefatura de sus tres poderes constitucionales; del Congreso, como presidente nato del Senado en su carácter de vicepresidente de la Nación; del Poder Ejecutivo al fallecer el presidente doctor Manuel Quintana en 1906, y de la Suprema Corte de Justicia, de la que fue ministro y presidente del cuerpo durante largos años, hasta su fallecimiento en 1921.
Extraído de Recuerdos Territorianos – Los primeros años de Neuquén Capital, de Ángel Edelman
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