El 21 de mayo de 1919, la ciudad de Neuquén se vio sacudida por una rebelión policial que mantuvo a toda la población en vilo. Este evento generó preocupación en diversos sectores de la comunidad, ya que implicó a las máximas autoridades del territorio. El conflicto surgió entre el jefe de policía, Tomás Bello, y el gobernador interino, Juan Carlos Molinero.
Todo comenzó cuando el gobernador interino ordenó al jefe de policía que designara al Subcomisario de Policía Pedro Micheri al frente del Piquete de Guardianes de Cárcel.
Sin embargo, Bello no acató las órdenes del gobierno, lo que provocó que el gobernador interino de la provincia, Ramón Molinero, suspendiera de su cargo al jefe de policía, acusándolo de desacato y disponiendo que fuera reemplazado por el Comisario Inspector Leandro N. Alem. Al enterarse de que había sido suspendido, el comandante acuarteló a la policía en la Jefatura fortificándola, negándose a entregar su puesto y generando una escalada de enfrentamientos y tiroteos.
Ante esta situación, el Ministerio del Interior decidió que el jefe del Distrito Militar local, el teniente coronel Ramón R. Rodríguez, se hiciera cargo de la Jefatura de Policía.
Bello finalmente tuvo que rendirse y ceder, entregando la jefatura auto fortificada y acuartelada, al teniente del ejército.
Al momento de hacerse cargo de la Policía el teniente coronel Rodríguez, fueron cesanteados por el gobernador provisional, el titular de la Comisaría de la Capital, Comisario Fermín Rosas Cuestas y también los Subcomisarios Arturo Gómez, Santiago de Barbará y Ramón H. González por haber cooperado en el accionar del Jefe de Policía Bello. Para todos ellos, el día 31 de mayo, el Juez Letrado ordenó su detención.
Poco tiempo después se les concedió la libertad bajo caución juratoria al comandante Bello y todos los policías que participaron de la revuelta.
Los motivos formales
Bello emitió un comunicado negando las acusaciones y denunciando motivaciones políticas detrás de su suspensión y arresto. Negó haber desobedecido y explicó que esperaba la llegada del jefe titular de la guardia cárcel, Ricardo Peixoto, para evitar cambios de unas pocas horas. Que el gobernador cesanteó entonces al jefe de la guardia cárcel Peixoto y designó al comisario Micheri, informándole por medio de una nota pidiendo acuse de recibo y donde él comunica que va a ir personalmente a confirmársela al gobernador, lo que provocó que, al enterarse Ramón Molinero, lo suspendiera de su cargo acusándolo de desacato y disponiendo que fuera reemplazado por el Comisario Inspector Leandro N. Alem, quien personalmente llevó la notificación.
Bello argumentó posteriormente que la nota del gobernador interino con las órdenes carecía de los sellos oficiales, poniendo en duda su autenticidad, cuestionando además las atribuciones de Molinero para suspenderlo en su cargo.
Trasfondo
En una entrevista realizada al comandante Tomás Bello por el periódico «El Neuqueniano» en mayo de 1919, cuando Bello estaba detenido en relación con un caso que se tramitaba en el juzgado, Bello afirma que cayó en una emboscada del gobernador Molinero y algunos empleados superiores del Ministerio del Interior y su repartición inmediata en los Territorios Nacionales. También habla de la situación en la Jefatura de Policía y de cómo intervino para regularizar la situación de la tropa. Además, menciona que el gobernador Molinero tenía “odio y sed de venganza” contra el oficial Varela y los agentes de la unidad, y que estaba dando de baja a los agentes de la fronteriza, comenzando por el oficial Varela.
Recordemos que al cesar en sus funciones el gobernador Eduardo Elordi, el 24 de agosto de 1918, su secretario de gobierno (Molinero) asumió en forma interina permaneciendo como tal hasta el 2 de julio de 1919, espacio de tiempo donde se desarrolla esta sublevación.
El gobernador Elordi, en algún momento de su relación con el Comandante Bello también tuvo momentos ríspidos pero que aparentemente se habrían suavizado. Molinero «heredó» esa animosidad mutua. Un artículo aparecido en el diario «Río Negro» en su edición del 10 de mayo de 1917, bajo el título «Rumor» informaba lo siguiente:
“Según rumores que se propagan, el viaje del jefe de policía, teniente coronel don Tomás Bello, a la capital federal, obedece a disensiones surgidas con el gobernador del territorio señor Elordi.- A estar a esos rumores, trátase de cuestiones graves, desde que se atribuye al jefe de policía la resolución de imponer al gobierno la necesidad de la separación de uno de ambos funcionarios».
Por otra parte era manifiesta la enemistad entre Bello y Leandro N Alem, al punto que al enterarse que su adversario se haría cargo de la Jefatura mientras a él lo suspendían, provocó como reacción la decisión de auto acuartelarse por parte del comandante.
Carta al ministro del Interior
Mientras estaba detenido Tomás bello le escribe al ministro del Interior una explicación justificando su accionar, haciendo un detalle de todo lo acontecido.
Afirma en dicha carta haber recibido un telegrama del subsecretario del ministro del Interior en el que se le acusa de desobedecer órdenes del gobernador interino y se le suspende de su cargo y se le ordenó entregar la jefatura de policía a otro oficial. Bello niega haber desobedecido y exige que el gobernador demuestre sus afirmaciones. Explica que la situación surgió cuando el jefe titular de la cárcel estaba ausente y él intentó esperar su regreso antes de hacer cambios en el comando. Sin embargo, el gobernador emitió una orden para poner al subcomisario Micheri al frente del comando mientras él pidió tiempo para resolver la situación. A raíz de esto, el gobernador lo suspendió y ordenó que entregara la jefatura al inspector Alem.
Continua su defensa diciendo que no se negó a poner a Micheri al mando y que había preferido esperar para evitar cambios innecesarios. También menciona que el inspector Alem no era apto para liderar la jefatura según opiniones compartidas con el ministro en el pasado. De esta manera buscaba complicidad en sus argumentos.
Bello menciona en su carta al ministro, que fue acusado de actos sediciosos y que fue detenido, esperando ser llevado a la cárcel. Señaló también la presencia de civiles armados con fusiles en la sede de la gobernación, algunos de los cuales eran presos liberados por gobernador interino. Que, debido a los conflictos y las circunstancias, decidió presentar su renuncia al cargo de jefe de policía del Neuquén. Le pide al ministro que la acepte y transmita sus agradecimientos al presidente de la República.
El final de la carta del comandante Bello, cierra diciendo: “Hoy me hallo preso por haberme denunciado el gobernador interino señor Molinero, como actor de rebelión y sedición.- Mañana creo me pasarán a la cárcel pública y allí estaré hasta que vuelvan a este Territorio los magistrados que administren justicia.- Ya no me queda nada por perder acá, la vida anémica que llevo tampoco vale la pena de vivirla.- Saluda atentamente al señor Ministro.- Tomás Bello».
Más Neuquén es una publicación declarada de interés por el Congreso de la Nación (355-D-20 y 1392-D-2021 / OD 391) y la Legislatura del Neuquén (2373/18), por su aporte al conocimiento e historia del Neuquén.
Extraído y resumido de Guardianes del Orden, Primera recopilación de datos y antecedentes históricos de la policía de Neuquén 1879-2000, Tomo 3, de Tomás Heger Wagner
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