Las aguas del océano Pacífico cubrían lo que hoy es Zapala, ingresando y retrocediendo en sucesivas ocasiones. Luego fue el Atlántico. La región también tuvo amplios valles fluviales cubiertos de frondosa vegetación. Cuando la cordillera de los Andes se elevó, obstaculizó el ingreso de aire húmedo desde el Oeste y el paisaje se puso árido.
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