El gobernador da su última pelea – Juan Ignacio Alsina – Tercera parte

Cuando asumió Alsina su meta fue trasladar la capital a Las Lajas donde estaban sus intereses rurales, pero necesitaba aprobaciones. Trató de conseguir amistades judiciales y militares. Vital era el juzgado letrado a cargo del doctor Andrés Herrera: un escollo. Entonces se lo manchó con una calumnia urdida por un joven J. Da Rocha -que también ejercía la procuración- más conocido por el alias de El Brasileño, secretario privado de Alsina. El juez presintió la tormenta y prefirió abandonar las cordilleras. El cargo quedó a medida para Patricio J. Pardo, el juez que se movió al gusto de Alsina.