De miedos, prepotencias y disparos

Las largas distancias, la falta de caminos seguros y la precariedad -cuando no ausencia- de medios de comunicación en un territorio escasamente poblado, no hacían más que aumentar el desamparo, sumado a un clima siempre hostil, que aumentaba la sensación de infinita soledad en “tierras de nadie”. En este contexto, los rumores sobre la presencia de individuos eventualmente armados generaban alarma desmedida acerca de sus desconocidas intenciones