Luis de la Cruz y Goyeneche realizó en 1806 un viaje de reconocimiento comisionado por las autoridades de Chile y del Virreinato del Río de la Plata. El recorrido lo hizo atravesando el territorio de la actual provincia del Neuquén a la que ingresó por el paso Pichachén, también conocido como boquete de Antuco, siguiendo el curso del río Reñileuvú por su margen sur hasta su desembocadura en el río Neuquén. Luego se dirigió hacia el sur, recorriendo Treuco, pasando por el cerro Caicayén y por Truquicó para llegar a la unión de los ríos Curi Leuvú y Neuquén. Siguió viaje hacia Auquinco y desde allí atravesó la vega de Tril, con rumbo norte. Después de una larga travesía de 1.200 km y de tres meses de duración debió detenerse en el Fuerte de Melincué ubicado al sur de Santa Fe, sin poder llegar a Buenos Aires, al tomar conocimiento que la ciudad de Buenos Aires había sido invadida por los ingleses y que las autoridades virreinales habían capitulado ante los ingleses el 27 de junio, escapando el Virrey Sobremonte hacia Córdoba. Teniendo en cuenta que no era un naturalista y que no tenía estudios avanzados en la materia, son destacables las precisas observaciones efectuadas en su cruce de la cordillera. Son los primeros registros geológicos y paleontológicos del Neuquén en épocas del aún Virreinato del Río de La Plata.
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