Los bosques petrificados del Neuquén. Ventana al pasado

Hace aproximadamente 80 millones de años, Neuquén era un rincón donde el clima prevaleciente abrazaba la calidez y la humedad, alternando con periodos de sequía. Esta ventana al pasado no fue trazada por centros de estudio climático ni estaciones meteorológicas, sino por el detenido análisis paleobotánico, una suerte de arqueología botánica, de los restos petrificados de árboles hallados en nuestra provincia. Además, estos tesoros naturales comparten su espacio con los vestigios de dinosaurios de la era Cretácica. En uno de los lugares, una serie de secciones de las antiquísimas araucarias permanecen en pie, manteniendo su esencia y su característico tono marrón-naranja de madera convertida en piedra.