Construir, demarcar calles, formular programa, comisiones y presupuestos, dar con proveedores apropiados y encarar gestiones. ¿Dónde comprar confituras, champaña y pirotecnia? Mucho para el gobernador y un puñado de funcionarios. ¿El alojamiento? escaso, precario, y hasta indecoroso. Incompatible para figuras del gobierno nacional y congresales para quienes mejor sería llegar, pasar ese día y retornar a Constitución. En caso contrario, usar la formación de vagones y dormitorios del FC Sud como hotel. Los pobladores rurales acamparían para los festejos populares: asado con cuero junto al puente de hierro del FC Sud (Ferro Carril Sud), cuadreras, ejercicios de tiro sobre islotes y hasta regatas de bogadores. El gobernador Bouquet Roldán ultimaría detalles en Buenos Aires en un viaje relámpago. Habilitó las oficinas del chalet el 18 de agosto y el 24 partió. La Comisión de Festejos (como la llamó el enviado de Caras y Caretas a la inauguración) cursaría invitaciones, coordinaría el programa, dispondría la ornamentación con banderas en la estación, el Chateau y en la avenida República (finalmente Argentina) y urgiría la construcción de los galpones municipales y la cárcel. A los obreros mensualizados de la gobernación -el albañil Jorge Bustos, el carpintero Juan Fonza, el herrero Francisco Rubio y los peones Julio Ramírez y David Roa- se sumó un numeroso plantel. Los percances resultaron secuela negativa de la mudanza. El traqueteo de los carros, por ejemplo, rompió la prensa de los libros copiadores. La reemplazó otra encargada a la librería J. Vázquez y Cía de Buenos Aires por 29 pesos, más 11,90 por el flete del FC Sud.
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